Una hermosa carta de amor tanto al género survival horror como a los noventas, Crow Country tiene todo para ser otro clásico indie moderno.
La acción en Crow Country se desarrolla en 1990 y nos pone en la piel de la agente especial Mara Forest, quien llega al titular parque de diversiones Crow Country para investigar su misterioso cierre dos años atrás. La historia oficial: un accidente con una máquina que dejó a una chica lastimada y a su familia demandando a los dueños del parque. Pero Mara sabe que hay algo más detrás del asunto, y que el parque esconde las verdaderas respuestas sobre el incidente.

Crow Country es un throwback hermoso a los clásicos del survival horror de la Play 1, aquellos primeros Resident Evils y Silent Hills que nos tenían corriendo de una punta del mapa a la otra buscando ítems, resolviendo puzzles y preguntándonos qué le pasaba por la cabeza a quién los diseñó.
Hay combate por supuesto también, aunque tanto su falta de dificultad en general como la poca variedad de enemigos dejaron un poco de desear en mi opinión.
La mayoría de los enemigos son lentos y hacen poco daño, y honestamente recibí más daño de parte de las varias trampas regadas por los mapas, como los candelabros que caen encima nuestro o las cabezas de cuervo que escupen veneno. También existe la opción al comenzar el juego de que los enemigos no ataquen a Mara y nos dejen explorar a gusto, lo cual me parece una opción copada, pero que siento que habría tenido más sentido en un juego donde el combate fuera la parte más difícil. Así como está es fácil evitar prácticamente todo el combate y el juego es super generoso con los medkits, con lo que nunca me sentí realmente en riesgo. Hay por supuesto también montones de secretos, algunos muy bien ocultos pero que nos van a servir de mucha utilidad, como upgrades para nuestras armas que les aumentan su capacidad o alcance.

Debo decir que estoy cien por ciento a bordo con esta ola de indies que imitan el estilo visual y de gameplay de la PS1. Los creadores de Crow Country dicen haber basado su look no solo en los survival horrors de la época, sino que citaron también a Final Fantasy VII directamente como influencia. Y es fácil verlo: tanto los personajes con sus modelos low poly que implican más emoción de lo que expresan como los escenarios que recorremos durante la historia tienen ese mismo feeling casi cálido, me sale decir. Pero a diferencia de aquellos clásicos, Crow Country nos permite rotar la cámara en cualquier dirección, lo cual es increíble porque tienen el look exacto de los mapas prerrenderizados de la época. Los niveles también van cambiando visualmente a medida que avanzamos en la historia, sirviendo indirectamente como indicadores del comienzo de cada nuevo capítulo.
Otro detalle que debo decir que me pareció un golazo absoluto es la opción de tener a todo momento disponibles los controles analógicos y de tanque clásicos en el stick izquierdo y el dpad respectivamente, haciendo que la experiencia sea tan old school como uno elija.
Pero esa misma adherencia a los principios de diseño old school puede ser un punto negativo también. El juego apunta a ser un SH clásico noventero y en ese sentido hace un gran trabajo, excelente incluso, pero no deja de ser una versión buenísima de algo que ya vi hace más de 20 años. Por supuesto tiene pequeñas modernizaciones de gameplay y calidad de vida por aquí y allá (como saves infinitos), pero no innova. Por supuesto, es a lo que apuntaban los devs y les salió *redondo*, pero quien espere algo más (como yo, por ejemplo) tal vez salga con una leve sensación de “been there, done that”.
A nivel técnico el juego está recontra pulido, solo encontré un bug muy molesto que los devs ya dijeron que van a parchear, y que fue apenas una molestia temporal.
Después, algo que tal vez les parezca una gilada, pero siento que debo remarcar de todos modos sobre Crow Country:
¡No da miedo!
Tal vez sea una combinación del artstyle con lo light del diálogo y el humor, o la falta de dificultad general mencionada más arriba, pero en ningún momento sentí tensión o miedo, lo cual para mí es clave en un juego de survival horror. No digo que el horror esté mal logrado eh, las vibes son perfectas, y la historia va a lugares inesperados que me encantaron. Pero no hubo momentos donde por ejemplo no quisiera abrir una puerta por temor de lo que pudiera haber del otro lado. De todos modos los devs ya dijeron que pronto agregarán un hard mode en una próxima actualización, así que no puedo esperar para volver.
Y motivos para volver sobran. Crow Country no es un juego largo para nada, en unas horas se puede liquidar. La duración se siente perfecta, no se queda corto ni se pasa de largo.
Al terminarlo dependiendo de nuestro ranking final iremos desbloqueando diferentes recompensas, además de otras que podemos conseguir por encontrar todos los secretos. Fiel a sus raíces, el replay value es inmenso.
En mi última review me cansé de tirarle flores a Freedom Planet 2, y ahora Crow Country me deja la misma sensación: son juegos hechos por gente que se nota que creció con un género y ahora le rinde homenaje haciendo algo que está cuanto mínimo a la misma altura de los clásicos y que exuda amor por todos lados. Pero donde Freedom Planet 2 me pareció una innovación para el género, no puedo decir lo mismo de Crow Country. ¿Es un excelente juego? Seguro. Es claro que la idea era capturar el feel específico de una era y un género específico por parte de gente que sabe lo que hace, y en ese sentido hicieron un trabajo excelso. Peeero.
Tal vez un futuro Crow Country 2 me haga explotar el cerebro. O tal vez no.
LO MEJOR
- Survival horror bien clásico para los fans del género
- Las vibras de PS1 son perfectas a nivel audiovisual
- La historia balancea excelentemente humor y misterio, y va a algunos lugares muy oscuros
LO PEOR
- Muy fácil (al menos hasta el parche hard mode)
- Puede sentirse poco original