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Oxide Room 104 Análisis: el hotel del infierno

WildSphere lanzó un nuevo título made in España, en este caso una aventura de terror con una pequeña vuelta de tuerca para el género e inspirada sobre todo en la saga de películas Hostel y en Silent Hill. ¿Nos hace pasar la noche en vela o nos pone a dormir?

Oxide Room 104 probado en PS5 y disponible también para PS4, Nintendo Switch, Xbox One, Xbox Series X / Series S y PC.

Uno de los aspectos más interesantes de los videojuegos de terror es el hecho de que tanto como la jugabilidad como la estética pueden presentarse de formas variadas. Primera o tercera persona, de disparos o sin combate, con muchos puzles o con ninguno, 2D o 3D, novelas visuales o casi sin texto, todas estas variables se mezclan a gusto de los desarrolladores con el objetivo de generar tensión.

Oxide Room 104 intenta destacarse sacando provecho de la popularidad de los juegos de “escape the room”, en los que como el nombre nos indica, partimos encerrados en un cuarto y mediante la lógica aplicada en pequeños puzles que se van encadenando debemos intentar… escapar. Esta mecánica no es 100% original pero si en este juego se le da un enfoque mayor que va de la mano con la historia que nos quieren contar.

Hoy paso el tiempo demoliendo hoteles

La escena de introducción es efectiva: nos muestra a nuestro personaje controlable, Matt, llegando a un hotel al costado de una carretera aparentemente dispuesto a pasar una noche de descanso. Lamentablemente decide no hacer caso a un mensaje de texto que le advierte que no se quede allí, y posteriormente un misterioso personaje nos golpea y nos deja inconscientes. Despertamos entonces en una bañera, encerrados en un cuarto de baño mugriento sin entender muy bien que pasó pero con todas las ganas del mundo de irnos sin pagar el hospedaje. Un planteo por lo menos intrigante, más cuando le sumamos que cada vez que morimos aparecemos en otra bañera en la que un demente nos serena con comentarios sumamente perturbadores. Si bien la historia se pasea por lugares comunes, nos mantiene intrigados hasta el final. Lamentablemente los actores de voz son flojos (los VO de inglés sobre todo son extremadamente malos) y los diálogos y textos con trozos de trama que vamos hallando no van a ganar ningún premio.

Juguemos en el motel mientras los monstruos no están

Como ya mencioné, la jugabilidad toma muchísima inspiración de los juegos escape the room. Así es que, para poder abrir la puerta que nos encierra, o para acceder a un nuevo cuarto del hotel, debemos explorar cada rincón de las habitaciones y abrir cada cajón  hasta encontrar pistas o ítems que combinar y que nos revelen el lugar de la llave que ansiamos.

Esta exploración no la hacemos sin peligro inmediato, ya que hay una pequeña pero interesante variedad de enemigos, como inmóviles deformidades que sueltan veneno o torsos humanos convertidos en bocas monstruosas. Para despacharlos tenemos acceso a un arma y unas pocas balas, que tendremos que hacer contar. La mecánica de disparos es limitada pero agrega variedad, como también lo hacen algunos Quick Time Events.

Lo más interesante ocurre cuando morimos: después de un perturbador encuentro con un cirujano con la licencia médica claramente revocada (y con una desafortunada, para nosotros, falta de confianza en la anestesia), nos encontraremos en el principio de la historia pero con los escenarios ligeramente modificados. Así es como tendremos acceso a ítems que en un principio tardábamos unos minutos en hallar, lo que nos ayuda a llegar rápidamente al punto en el que morimos para probar suerte de nuevo. Claro está, esto significa también que ahora encontraremos enemigos donde antes no los había. Esta mecánica le agrega algo de frescura al asunto y se agradece.

Claroscuros

Los gráficos lamentablemente dejan bastante que desear, no tanto por la fidelidad que alcanzan sino por tener un look más bien genérico. No podemos pretender que un estudio indie nos regale experiencias que nos vuelen la cabeza en ultra HD, pero una dirección de arte más lograda hubiera dejado un mejor sabor de boca al final. El diseño de los monstruos es aceptable; el de los entornos y personajes humanos no. Se nota que buscaron una paleta de colores oscura pero todo termina teniendo un tinte marrón algo desagradable.

El audio es correcto, con música ambiental efectiva para mantener la tensión y  con los efectos de sonido esperables, como gritos o gruñidos. 

Algo que si es muy destacable es que por lo menos en PS5 no encontré en ningún momento bugs ni errores. El juego está completo y funciona, cosa que lamentablemente muchos otros títulos no pueden decir.

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