Cualquiera que haya estado siguiendo mi carrera dentro del periodismo gamer (¿) estará al tanto que dentro de mis géneros favoritos se encuentran las aventuras gráficas y los títulos de terror. SAINT KOTAR viene siendo una aventura gráfica con elementos de terror, lo que ya desde el primer momento en que supe de que se trataba me llamó la atención. Nos aguarda una historia llena de misterio, enigmas, sectas, creencias y el debate eterno entre la existencia o no de una entidad superior que nos vigila, llámese Dios o como prefieran. Interesante planteo.
SAINT KOTAR se encuentra disponible para Playstation 4, Playstation 5, Xbox One, Xbox Series, Nintendo Switch y PC.
¿QUÉ PASÓ AYER?
Sveti Kotar, que es el nombre del juego en su idioma original, es un pueblito perdido en el rincón más recóndito y olvidado de Croacia. Es en este pueblo, y en una casucha en medio de la nada, que dos hombres despiertan de repente después de haber sufrido terribles pesadillas. Ellos son Benedek y Nikolay, y ambos son cuñados entre si, ya que Nikolay está casado con la hermana de Benedek. Se trata de dos personas muy religiosas y creyentes en Dios, siendo que Benedek es cura y Nikolay lo era hasta hace un tiempo, pero renunció a sus votos para poder casarse con la mujer que amaba.
Cómo mencioné, no solo ambos despertaron después de sufrir terribles pesadillas, sino que no tienen idea de cómo llegaron hasta allí y tienen flashes confusos de los sucesos que transcurrieron la noche anterior. Solo recuerdan haber asistido a una fiesta que se realizó en un castillo de la zona, a la cual habían sido invitados por Viktoria, la hermana de Benedek y esposa de Nikolay, pero no recuerdan mucho más.
Pronto van a darse cuenta de que no solo perdieron noción de los hechos de esa noche, sino que tampoco encuentran a Viktoria y tampoco tienen idea dónde puede estar. En la búsqueda de la muchacha, van a enterarse que hay varios testigos que juran haberla visto en el momento del asesinato del alcalde del pueblo, a manos de una secta canibal conocida como “Los siervos de la luna”.
Y así de tranqui empieza esta historia. El dúo deberá no solo encontrar el paradero de Viktoria sino también descubrir si ella verdaderamente tiene una conexión con la mencionada secta. Los Siervos de la Luna, además, son una organización misteriosa que viene sembrando el terror en Sveti Kotar desde hace décadas, capturando y mutilando personajes, arrancando sus caras, comiendo sus ojos, cerebros y vísceras, y tienen miembros metidos en todos los estratos sociales, organizaciones y familias, así que nunca sabrán en quien pueden confiar y en quien no.
CLICKEAME ACÁ
Todos los amantes de las aventuras gráficas clásicas de los 80s y 90s de Sierra o Lucas Arts enseguida se van a sentir a gusto con lo que Saint Kotar nos ofrece.
El juego es un point-&-click de vieja escuela, pero que introduce un par de vueltas de tuerca que hacen que jugarlo sea bastante más dinámico y menos rebuscado. Para empezar, no está el clásico puntero que suele prevalecer en este tipo de juegos. El personaje se mueve directamente con los direccionales, y manteniendo un botón presionado el juego resalta al mismo tiempo todos los objetos interactuables de cada escenario. Manteniendo ese botón, simplemente recorremos con el direccional esos objetos y presionamos directamente en el que deseemos interactuar. Así de simple y sencillo.
El juego no pone tanto el acento en la resolución de puzzles o la misión de conseguir objetos para poder avanzar, que si los hay y son necesarios, sino que el énfasis está puesto en la historia, los diálogos entre los personajes y como nos desenvolvamos en los mismos. Según como encaremos cada o interacción, las respuestas que brindemos, las preguntas que hagamos o los objetos que mostremos a nuestros interlocutores, el argumento se irá desarrollando de una manera u otra, lo que significa que la historia tiene múltiples ramificaciones de acuerdo a nuestras elecciones. Sin ir más lejos, y por poner un ejemplo muy temprano, y desde casi el comienzo del juego podemos decidir no aventurarnos a buscar el paradero de Viktoria e irnos del pueblo, lo que nos da la posibilidad de ver uno de los finales de la historia, seguramente no el mejor, por supuesto, pero eso ya nos da una muestra de la flexibilidad argumental del título.
Dicha amplitud en la narrativa significa que todos los diálogos en Saint Kotar son largos. Muy largos de hecho. Vamos a pasar muchos minutos, que se vuelven horas, escuchando línea tras línea de diálogo. Esto le imprime al juego un ritmo muy lento, donde todo el tiempo tenemos la sensación de haber jugado mucho tiempo pero no haber avanzado nada en la historia. Evidentemente esto está hecho a propósito, ya que el pueblo donde nos encontramos está constantemente rodeado de una atmósfera oscura y opresiva. Todo el elenco de personajes es raro, turbio. Cada uno de ellos guarda sus secretos y parecen estar todo el tiempo tratando de obstaculizarnos en vez de ayudarnos, mintiendo o no brindándonos la información que necesitamos. Ésta desesperación constante de ser un “extraño” en un lugar en el que realmente no sabemos es quien confiar o no, mezclado con sectas, fanatismo religioso e incluso tocando temas como rituales, cadáveres y escenas no aptas para estómagos sensibles me hacen acordar a otro clásico de las aventuras gráficas con elementos turbios, como lo fue el legendario SANITARIUM.
HORRORES PINTADOS A MANO
Gráficamente el juego se ve bastante bien, los personajes están hechos completamente en 3D mientras que los fondos son fijos. Cada uno de estos fondos está representando en un estilo artístico que emula paisajes pintados a mano, así que la cantidad de detalles es asombrosa. Todos los escenarios están llenos de muchísimos objetos interactuables, y aunque la mayoría de ellos no son necesarios para hacer avanzar la historia, aportan muchísimo Lore al título. Cómo mencioné anteriormente cuando hablé de los diálogos y la historia, este juego no es para jugadores ansiosos o apurados. Así que vale la pena revisar todo en cada escena para disfrutar del amor y el nivel de detalle y carga narrativa que tiene todo.
Ya dije que los diálogos son muy numerosos y extensos. Por suerte, las actuaciones de voz están bien logradas y adecuadas a la personalidad de cada uno de los personajes. Si bien se pueden adelantar las conversaciones, nunca llega a cansar escucharlas todas, ya que terminan resultando interesantes y siempre terminan aportando bastante a la historia. Las melodías, por su parte, aunque suenan solo en determinadas ocasiones, mantienen el ambiente de melancolía y oscuridad reinante todo el tiempo.
Jugablemente ya se habrán dado una idea de lo que van a encontrar aquellos que decidan probar el título. Acá no van a encontrar acción desenfrenada, puzzles que nos rompen el cerebro ni la necesidad de ser muy habilidoso. El ritmo del juego invita a relajarse y a disfrutar de la historia. Cada decisión que tomemos, cada cosa que digamos va desembocando en algo diferente y eso también está muy copado.
El título viene muy bien para aquellos jugadores que quieran desenchufarse un poco de los tiros, explosiones y combos para disfrutar muy tranquilamente una linda historia que se va desarrollando de manera lenta pero satisfactoria.
EL CAMINO HACIA LA VIKTORIA
SAINT KOTAR termina de ésta manera resultando ser un juego un poquito…raro. No termina de ser una aventura gráfica, sino que termina siendo una suerte de historia interactiva con elementos de aventura gráfica. Pone muchísimo el énfasis en el desarrollo de la historia, la toma de decisiones y las reacciones del resto de personajes a esas decisiones, por lo que se convierte en un título de un planteamiento sencillo (ya que nada termina resultando difícil de realizar) y de un ritmo pausado pero atrapante. Cómo una especie de novela policial de las más rebuscadas y complejas.
El agregado de elementos religiosos, sectas, un pueblo misterioso atrapado en el tiempo donde nadie parece ser quien realmente es y donde todos no dicen toda la verdad, le pone la frutilla del postre a ésta película desesperante, opresiva y llena de preguntas, donde la búsqueda de la verdad muchas veces está acompañada por el abandono de las creencias personales y hasta la misma fé.
Si tenés ganas de dejar de lado aunque sea por un rato todo el resto de géneros videojueguiles que requieren que estemos concentradísimos agarrando el mando todo el tiempo y tenés ganas de sumergirte en algo distinto, aunque inquietante y perturbador, SAINT KOTAR es un viajecito que vale totalmente la pena.
LO MEJOR
- Los elementos inquietantes del contenido, todo lo relacionado a la muerte, sectas, canibalismo, brujería y demás.
- El estilo artístico está interesante
- Que sea un título para jugar bien chill
LO PEOR
- Puede volverse tedioso por momentos
- Toneladas de diálogos todo el tiempo
- El lentísimo avance de la narrativa