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Samsung Galaxy S25 Ultra Review con ONE UI 8: completo, equilibrado, con algunos debes en innovación y cámaras

Samsung se renueva con la serie S25, manteniendo la esencia de generaciones anteriores: un diseño más redondeado y refinado, pero con una postura conservadora en el apartado fotográfico, limitando la renovación al sensor gran angular.

Las principales mejoras se encuentran más allá de las especificaciones técnicas, en la optimización general del sistema, mejoras en IA, sonido y características de software. ¿Serán suficientes para mantenerle el trono entre los mejores del mercado? ¿Podrá hacer frente a las crecientes innovaciones del mercado chino?

Lo analizamos en este review técnico y completo de Bitwares.

ESPECIFICACIONES
TÉCNICAS
Samsung Galaxy S2Ultra
DIMENSIONES Y PESO162.8 x 77.6 x 8.2 mm
218 g 
CUERPOGorilla Glass Armor 2 (pantalla) con bordes de titanio grado 5, Gorilla Glass Victus 2 (trasera)
SOCQualcomm SM8750-AC Snapdragon 8 Elite (3 nm) – 8 núcleos (2×4.47 GHz Oryon V2 Phoenix L + 6×3.53 GHz Oryon V2 Phoenix M)
GPU Adreno 830 (1200 MHz)
PROTECCIÓNIP68
MERMORIA RAM12 GB LPDDR5X – 16 GB (versión 1 TB)
ALMACENAMIENTO256GB – UFS 4.0
512GB – UFS 4.0
1TB – UFS 4.0
CÁMARAS TRASERAS– (Principal) Samsung ISOCELL HP2: 200MP, f/1.7, 24mm, 1/1.3, 0.6µm, Super Quad Pixel PDAF, Laser AF, OIS
– Sony IMX854: 50 MP, f/3.4, 111mm, 1/2.52, 0.7µm, PDAF, OIS, (telefoto 5x)
– Sony IMX754: 10 MP, f/2.4, 70mm (telefoto 3x), 1/3.52, 1.12µm, Dual Pixel PDAF, OIS, 3x zoom óptico
 Samsung ISOCELL JN3 de 50 MP (1/2,5″, 0,7 µm), f/1,9, PDAF
VIDEO TRASERO8k@30 fps, 4K@120fps, 1080p@240 fps, HDR10+, Super HDR en 12 bit a 60 fps
SELFIESamsung ISOCELL S5K3LU: 12 MP, f/2.2, 26mm, 1/3.24, 1.22µm, Dual Pixel AF
VIDEO SELFIE4K@60fps, HDR10+
PANTALLA–Tecnología: Dynamic AMOLED 2X
–Tamaño: 6.9
–Relación de aspecto: 19.5:9 
–Resolución: QHD+ (1440 x 3120 pixels), ~500 ppp
–Brillo: 2600 nits (pico)
–Tasa de refresco: variable, 1-120 Hz
–Tasa de muestreo táctil: 240 Hz
–Certificaciones: HDR10+, VDE Germany
–Espacio de color: 100% DCI-P3
–DX anti-reflective coating
–PWM: 480Hz
–Mohs nivel 6 (escala de dureza del vidrio)
AUDIOESTEREO
32-bit/384kHz audio
CONECTIVIDADBluetooth 5.4, NFC, Wi-Fi 7, GPS, GLONASS, BDS, GALILEO, QZSS
BATERIA–5000 mAh
–Carga rápida 45W
–15W inalámabrica (Qi2 Ready)
–4.5W reversible
SEGMENTOGama Alta-Premium
SOFTWARE–ANDROID 16
–ONE UI 8.0
–Samsung DEX
COLORESTitanium Silver Blue, Titanium Black, Titanium White Silver, Titanium Gray, Titanium Jade Green, Titanium Jet Black, Titanium Pink Gold

Diseño y experiencia de uso: es una buena evolución pero sigue sin convencerme

El Galaxy S24 Ultra fue criticado por Bitwares en 2024 por resultar incómodo en la mano con vértices demasiado agresivos que se clavaban, pero Samsung escuchó y en el S25 Ultra ahora vemos esquinas más redondeadas, manteniendo el estilo rectangular pero con un agarre más cómodo y un peso más ligero.

Sin embargo, las sensaciones que transmite el equipo no terminan de convencerme: no se siente tan premium en comparación con la competencia ni con generaciones anteriores de la serie Galaxy, y parece que en la búsqueda de mejorar la comodidad, Samsung dio un paso atrás en cuanto a sensaciones generales.

No me parece tan estético ni tan cómodo, incluso con estas mejoras, aunque eso no significa que el S25 Ultra tenga un mal diseño: mantiene su identidad propia, no se parece a otros flagships y transmite robustez gracias al titanio en sus bordes.

Personalmente me gustaría que en próximas ediciones sigan puliendo la curva de las esquinas, que el marco de titanio tenga un tacto más agradable y que la transición entre pantalla y marco sea más suave, quizá con una ligera curva 2.5D.

Y acá va una cuestión subjetiva: tengo el Galaxy S25+ al lado, que es más compacto, más liviano, más estético y con una curva más pronunciada en sus vértices, y aunque al lector le sorprenda este detalle, fue muy decisivo en mi decisión de cuál quedarme. El Galaxy S25+ simplemente me parece perfecto para el uso del día a día y, en este aspecto, lo considero superior al Galaxy S25 Ultra.

Por último, mención especial al motor de vibración: no se si es el mejor del mercado, pero es muy bueno sin dudas; es preciso, suficientemete fuerte y rápido. La sensación que transmite en mano es muy satisfactoria.

Batería: la falta del silicio-carbono

La batería del Galaxy S25 Ultra no supondrá un problema para usuarios casuales o moderados. Pero sí podría serlo, por primera vez en años, un problema para usuarios exigentes. Hemos notado un rendimiento inferior al del Galaxy S24 y S23 Ultra. Esto no se percibe tanto en el uso diario, ya que el dispositivo sigue superando cómodamente las 5 horas de pantalla activa, sino más bien cuando se le exige al máximo.

Esta diferencia de rendimiento podría estar relacionada con la gestión térmica, ya que el nuevo Snapdragon 8 Elite tiende a calentarse más que su predecesor, el Snapdragon 8 Gen 3, que ya se calentaba más que el anterior el Gen 2. Este mayor calentamiento podría ocasionar un desgaste más acelerado de la batería, especialmente cuando se utilizan los núcleos de mayor potencia.

Durante el viaje realizado a la ciudad de Bariloche para llevar a cabo las pruebas intensivas del equipo, fue necesario recurrir al cargador en más de una ocasión para poder completar la jornada. En algunos casos, incluso, fue necesario cargar el equipo hacia el final de la tarde cuando el uso había sido particularmente intenso.

Si bien es cierto que las temperaturas eran bajas (entre 0 °C y 5 °C), hay lugares en el mundo donde los equipos están expuestos a temperaturas muchísimo más bajas, por lo que no debería representar un problema grave para la batería.

En este punto, corresponde hacer una crítica a Samsung por no haber adoptado baterías de silicio-carbono de mayor capacidad. Sí, es cierto que la marca ha optimizado mejor su sistema operativo, pero otras marcas ya ofrecen baterías de entre 6500 y 7500 mAh, lo que proporciona varias horas adicionales de autonomía frente a este equipo (sí, a pesar que en rendimiento a mismo aperaje, las baterías de Si/C no rinden igual que las de Li-Ion).

Si bien en el uso diario y en condiciones normales la duración de batería no supone un problema significativo, es en este tipo de situaciones –viajes de trabajo o vacaciones– donde se necesita especialmente ese plus de duración para garantizar una experiencia sin interrupciones.

Pantalla: el antireflejo es muy diferencial, pero no es suficiente para ser el rey

La pantalla del Galaxy S25 Ultra, al igual que la del S24 Ultra, es muy buena, de las mejores del mercado. Pero técnicamente no es la mejor: Samsung usa un panel M13 y no el M14 que, por ejemplo, monta el iPhone 16 Pro. Eso la deja un escalón por debajo en calidad y eficiencia.

Está muy bien calibrada, con colores vividos, con un balance de blancos ligeramente cálido y excelentes ángulos de vision. El brillo máximo es bueno, con pico en 2600 nits, y se ve bien bajo la luz directa del sol, aunque hay varios equipos en el meracado que lo superan con creces. Incluso el mismo motorola edge 60 que analizamos recientemente, cuenta con un brillo pico de 4500 nits. Un incremento de 1000 nits adicionales podría hacer que la visualización sea completamente óptima.

Además, el cristal antirreflejos sigue siendo exclusivo para la serie Galaxy s25 Ultra, reduciendo los reflejos en forma notable, lo que permite no compensar con un aumento de brillo y otorgando negros mucho más puros; es como si el panel OLED pudiese lucirse aún más y lucir su naturaleza.

Esto le otorga un gran diferencial que ni siquiera el iPhone 17 con su capa antireflejo pudo igualar. Hablando del cristal Corning Gorilla Armor 2, destacamos que cuenta con la mayor dueraza del mercado, con un nivel 6 en la escala Mohs. En el equipo de prueba que tenemos, que ha sido utilizado por muchos meses por colegas, debo decir que no presenta ni siquiera una mínima raya o arañazo, algo que nunca habia visto hasta ahora en un celular.

Destacar también que el PWM es bastante bajo para ser un equipo de gama alta premium con 480 Hz. Al analizar el moto edge 60 que tenia 780 Hz dijimos que era correcto pero no era óptimo, ya que otros equipos del mercado superan incluso los 3800 Hz como el Xiaomi 15T Pro, la diferencia es demasiado grande. Esto es importante para disminuir el cansacio visual y potenicales dolores de cabeza.

El S-PEN te da la mayor productividad en un celular

El S Pen del Galaxy S25 Ultra es una herramienta versátil que mejora la experiencia del usuario, enfocándose en productividad y creatividad.

En cuanto a toma de notas, permite escribir directamente en la pantalla, incluso cuando está apagada, y convertir la escritura a mano en texto digital para facilitar la edición. Es ideal para apuntes rápidos y tareas cotidianas, algo que me encanta.

Para la productividad, se puede capturar secciones de la pantalla y extraer texto de imágenes con gran precisión. Lamentablemente perdimos la posibilidad de controlar el teléfono de forma remota con gestos, lo que resultaba útil para presentaciones y fotos a distancia, algo que ya no tenemos. La idea es sumar, no quitar Samsung. Por favor, volvé a incorporar esta función que era tan valorada

En edición de imágenes y videos, el S Pen facilita recortes y ajustes precisos, especialmente con herramientas que mejoran automáticamente la calidad de las fotos. Además, es una excelente opción para dibujar y esbozar, ya que reconoce diferentes niveles de presión y brinda una experiencia similar a la de un lápiz real. Tambien es útil para utilizar el borrador mágico que es una de las herramientas de IA.

El S Pen también facilita la navegación en documentos largos y páginas web, permitiendo búsquedas rápidas al seleccionar texto o elementos en pantalla. Además, permite traducir palabras con solo pasar el lápiz sobre ellas y anotar directamente en archivos PDF, lo que es muy útil para estudiantes y profesionales. Asimismo, es muy útil para firmar documentos, algo que me ayudo muchísimo.

Algo que me sorprendió -y no para bien- es el olor muy desagradable que desprende el lápiz. Es un problema que había leído en foros internacionales y reviews, pero hasta que lo probé personalmente no imaginaba que pudiera ser tan fuerte.

El olor es tan intenso que me resulta molesto cada vez que lo saco y realmente me desanima a usarlo, lo cual es grave para un equipo cuyo valor diferencial está en la experiencia de escritura y dibujo. No entiendo qué material utilizó Samsung en esta generación, pero definitivamente deberían revisarlo, porque afecta la percepción de calidad y la experiencia global del producto.

Métodos de Desbloqueo: Fiabilidad y precisión con pequeños fallos

El desbloqueo por huella ultrasónica es bueno y preciso en condiciones óptimas, aunque puede fallar si los dedos están húmedos, grasos o muy secos, es decir, fuera de lo común. Me pasó mucho en el viaje a Bariloche, por lo que hubo que usar varias veces el reconocimiento facial que en general funciona bien, pero no es el mejor en el mercado y puede fallar en ocasiones (especialmente de noche), además de no ser el más seguro. En conjunto, ambos métodos ofrecen una experiencia buena pero debería mejorar a esta altura.

Sonido: El mejor de Samsung y ¿ahora también del mercado?

El sistema de sonido del Galaxy S25 Ultra es, sin dudas, el mejor que Samsung ha producido en su serie Galaxy y probablemente el mejor del mercado. El S24 Ultra ya ofrecía un audio potente y con cuerpo, pero el S25 Ultra da un paso más allá.

No solo se escucha un poco más fuerte, sino que la calidad general es impresionante: bajos profundos y bien definidos, voces claras y sin rastros de sibilancias. Al pasar del Galaxy S25+ al Ultra, la diferencia es inmediata. El cuerpo del sonido y la riqueza tonal permiten disfrutar música sin necesidad de acudir a un altavoz externo. Para escucha casual, cumple y sobra, posicionándose como el mejor smartphone para escuchar música, al menos en el mundo Android.

Además, Samsung mejora la experiencia auditiva con auriculares: junto a los Galaxy Buds 3 Pro, el S25 Ultra ofrece un nivel de detalle sobresaliente (para un producto Bluetooth comercial masivo) gracias al codec SSC (Samsung Scalable Codec), logrando una reproducción más estable y de mayor fidelidad.

Conectividad: de lo mejor del mercado

En el apartado de conectividad, Samsung no escatima en nada: incorpora las mejores tecnologías del mercado y, por suerte, todo funcionó de manera impecable durante las pruebas. Como única crítica, podría decir que el GPS tiende a descalibrarse, lo que obliga a recalibrarlo cada cierto tiempo, y me gustaría que fuera un poco más preciso en la orientación al usar Google Maps, aunque son detalles menores que no afectan la experiencia general.

Software: no, no es el mejor del mercado…

Samsung ha dado pasos grandes en diseño y hardware, pero en el software todavía queda trabajo por hacer. Durante mis pruebas con ONE UI 7 encontré bugs molestos, por ejemplo congelamientos en WhatsApp en momentos aleatorios y entrecortes en la grabación de video, algo atribuible a este apartado. Hace unos pocos días recibimos ONE UI 8 y algunos de esos problemas, por suerte, se solucionaron como los congelamientos de WhatsApp.

One UI 8 ofrece funciones que se promocionan como diferenciales y que hoy no terminan de estar del todo pulidas. El modo intérprete a veces se queda corto en precisión y fluidez aunque se nota que ha mejorado, aún le falta pulirse. La transcripción de grabaciones falla y no reproduce correctamente el contenido, pero más aún, la IA del sistema se siente poco integrada a la vida diaria. Muchas de estas funciones están ahí, uno las prueba el primer día y luego se olvida que existen porque no generan un verdadero cambio de hábito.

Incluso la convivencia entre Gemini y Bixby todavía no es tan natural como la marca prometía: hay duplicación de funciones, y la sensación de que no hay un ecosistema cohesivo.

Entre las funcionalidades avanzadas, destacan un modo mejorado de Always On Display, la opción de doble pulsación para encender o apagar la pantalla, activación automática de la pantalla al levantar el dispositivo, y un modo a una mano que se encuentra entre los mejores del mercado. Todo esto se suma a un ecosistema que maximiza tanto la usabilidad como la personalización para el usuario.

Por su parte, Samsung DeX, convierte el teléfono en una especie de escritorio portátil, permitiendo conectarlo a una pantalla externa y utilizarlo como una computadora. DeX ha mejorado en esta versión con un rendimiento más fluido y soporte para más aplicaciones. Debo mencionar que en mi LG C3 el contenido no se adapta perfectamente, es decir, no se puede visualizar correctamente en la relación de aspecto de la tele.

Asimismo, Samsung asegura que los Galaxy S25 recibirán siete años de actualizaciones de software, igualando la política de Google y poniéndose en línea con lo que históricamente ha ofrecido Apple. Sin embargo, ofrecer muchas versiones de sistema no siempre es garantía de calidad. En mi experiencia, a partir de la tercera actualización suele notarse una disminución en el rendimiento general y en la autonomía, algo que termina afectando la experiencia de uso diaria. Personalmente, prefiero un ciclo más corto -por ejemplo, cuatro versiones-pero todas optimizadas y bien calibradas, que mantengan la fluidez y la eficiencia energética del dispositivo original.

Esa es precisamente la promesa que Vivo hace con su actual X300 Pro, apostando por actualizaciones más controladas y mejor ajustadas al hardware, en lugar de priorizar la cantidad sobre la calidad.

En resumen, Samsung tiene el hardware y la potencia para ofrecer una experiencia de software impecable, pero necesita trabajar más en la estabilidad general, optimización de la cámara, y sobre todo en que las funciones de IA, que son de las más completas del mercado, sean realmente útiles y proactivas, que logren integrarse en el día a día del usuario.

Rendimiento: va muy bien, pero deben mejorar en eficiencia térmica y estabilidad

El Galaxy S25 Ultra llegó al mercado con casi lo mejor que se podía tener al momento de su lanzamiento. Digo “casi” porque, si bien monta el potente Snapdragon 8 Elite, hoy (1 de octubre) ya existe su evolución, el Gen 5. Además, Samsung decidió no adoptar la última generación de memorias UFS, quedándose en UFS 4.0 en lugar de 4.1. Son rápidas, sí, pero ya no son lo mejor del mercado. Incluso la marca Vivo ha revolucionado el sector proponiendo un sistema RAID 0, o striping, que divide los datos en «tiras» o «bandas» y las distribuye entre dos memorias identicas UFS 4.1 para aumentar drásticamente la velocidad de lectura y escritura hasta un 70%.

Por el lado de la memoria RAM no hay nada que criticar: equipa LPDDR5X, las más veloces disponibles. Combinadas con el resto del hardware, la experiencia es sobresaliente: todo se mueve muy rápido y fluido, y es muy raro encontrar algún lag o demora al abrir aplicaciones o gestionar procesos.

El verdadero desafío para Samsung este año está en el chipset. Si bien el Snapdragon 8 Elite ofrece enorme potencia, es un SoC que genera más calor de lo normal -incluso más que el Gen 3, que ya se calentaba más que el Gen 2-, mostrando que Qualcomm viene retrocediendo en este aspecto.

Samsung utiliza cámaras de vapor más grandes que en generaciones anteriores, pero no logran disipar el calor de manera óptima. A este punto, como vengo comentando desde hace tiempo, es impresindible otro sistema de refigeración como la mecanica mediante ventiladores. No es algo extraño, hay celulares gaming que ya lo incorporan.

La consecuencia del elevado calentamiento es que, para evitar dañar componentes internos, el equipo debe reducir la velocidad de procesamiento rápidamente, limitando el rendimiento sostenido. Esto se nota especialmente en juegos exigentes, donde el dispositivo throttlea demasiado rápido, perdiendo parte de su ventaja de potencia bruta.

De todas formas, en sesiones cortas de juego el rendimiento es espectacular a nivel consola portatil: se puede jugar cualquier título del mercado con todos los ajustes al máximo a 60 fps estables, sin forzar siquiera el teléfono al límite.

Tambien debo reconocer que la gestión térmica en el Galaxy S25 Ultra es muy superior a la del Galaxy S25+ que cuenta con una cámara de vapor notablemente más pequeña, generando un calentamiento más apreciable y constante, provocando una bajada más rápida de la batería.

Cámaras: ¿hasta cuándo la versatilidad conservadora de Samsung funcionará frente al mercado chino?

Samsung es conocido por ser conservador a la hora de actualizar las cámaras de sus dispositivos de generación en generación, y el Galaxy S25 Ultra no es la excepción. En este modelo, solo se ha renovado uno de los cuatro sensores: el gran angular, que pasa de 12 a 50 MP con apertura más grande (f/1.9), píxeles de 0.7 µm y 120°. Este sensor, aunque supone una mejora frente al del Galaxy S24 Ultra, está a años luz del mejor del mercado, como el que monta el Vivo X200 Ultra.

En cuanto al resto de las cámaras del S25 Ultra, no se han introducido cambios significativos respecto a la generación anterior. Ahora, el foco está en evaluar si el procesado de imagen ha mejorado. En general, los resultados no presentan un avance notable respecto al Galaxy S24 Ultra, que ya ofrecía un rendimiento muy bueno. El S25 Ultra sigue destacando por su versatilidad y, aunque no lidera en ninguna categoría específica, se desempeña de forma sólida en términos generales, proporcionando resultados muy buenos como veremos más adelante. Sin lugar a dudas, Samsung podría estar dentro del top 5 de las mejores cámaras sin mayores problemas.

El desafío que enfrenta Samsung es que varias marcas chinas, como OPPO y Vivo, están renovando sus cámaras anualmente, maximizando el rendimiento de sus sensores y adoptando la tecnología más avanzada. Estas marcas están utilizando sensores muy grandes y avanzados de una pulgada, lo que proporciona un detalle más natural y auténtico, acercándose a la calidad de una cámara profesional.

Por otro lado, el sensor principal ISOCELL HP2 del S25 Ultra tiende a enfatizar la nitidez y el procesamiento, lo que lo aleja de la naturalidad que hoy en día ofrecen los dispositivos de gama alta de OPPO y Vivo. Samsung apuesta por aprovechar al máximo su hardware utilizando inteligencia artificial y procesamiento de imagen, pero hay límites. Los sensores modernos de 50 MP y una pulgada o cercanos a ese tamaño proporcionan una nitidez orgánica y desenfoque natural que no puede ser igualada solo con procesado digital.

No puedo dejar de mencionar los avances que marcas como Vivo están introduciendo a sus equipos de gama alta como el reciente Vivo X300 Pro, con un sensor Sony LYT-828 y un teleobjetivo ISOCELL HPB -¡de la misma Samsung!- de 200 MP con zoom de 3.7x, que ofrece unos resultados que no dejan de sorprender al mercado. Samsung, al igual que Apple, está quedándose cada vez más lejos en hardware de estas marcas que apuestan fuerte por la innovación.


Análisis de la cámara principal

El Galaxy S25 Ultra ofrece una cámara principal muy buena, con un rendimiento general sólido y una evolución en la calibración de color respecto a versiones pasadas, pero sin alcanzar el nivel de naturalidad ni la precisión óptica que logran competidores como Vivo u Oppo en sus modelos más recientes. Veamos un análisis detallado punto a punto del sensor principal y luego más general de los sensores secundarios.

Cabe señalar que el análisis general se realizará con el sensor principal a 12 MP utilizando pixel binning. Se destaca que los modos a 50 MP y 200 MP presentan un balance de blancos más impreciso, pero con un mayor nivel de detalle.
Es importante mencionar que el modo a 200 MP mejoró bastante respecto a generaciones pasadas, que presentaban una imagen plana, mientras que ahora son suficientemente buenas como para poder utilizarla sin problemas en la mayoría de las situaciones. Yo la utilicé en paisajes y, sobre todo, en un museo con pósters grandes y letra pequeña. Para este tipo de fotografía, la resolución elevada es espectacular.


Rango dinámico y exposición

El rango dinámico es amplio, pero no excepcional. En escenas contrastadas -como el follaje contra el cielo o reflejos en el agua- el HDR trabaja bien para equilibrar luces y sombras, aunque se observan zonas recortadas en las altas luces, es decir, algunas zonas pequeñas quemadas en la imagen.
Samsung prioriza levantar las sombras, lo que da como resultado imágenes luminosas (esto está mejor trabajado nuevamente respecto a generaciones pasadas), pero a costa de perder parte de la textura del cielo. En este aspecto, sensores más modernos (como los tope de gama LYTIA de Sony) logran un balance más natural y un contraste más orgánico.


Color y balance de blancos

El balance de blancos está bien logrado, sin dominantes exageradas (como por ejemplo los iPhone con ese tono verdoso de pasadas generaciones). El color es vivo pero contenido, lo que marca una mejora frente a generaciones anteriores de Samsung.
Aun así, el perfil de color sigue mostrando cierta tendencia al “look brillante”, con una saturación que, si bien se ve atractiva, se aleja del tono real de la escena. En comparación, las cámaras con colaboración Zeiss o Hasselblad tienden a producir una imagen más suave y cinematográfica, con tonos intermedios más fieles, especialmente en Oppo con su Find X9 Pro, ya que cuenta con un sensor exclusivo para la colorimetría. También podemos hablar muy bien de la calibración de color de Motorola con Pantone, algo que vienen haciendo muy bien en los últimos años en la línea Edge.


Procesamiento y textura

El detalle es alto, aunque el procesado aplica un sharpen (o sobrenitidez digital) visible en contornos finos, especialmente en vegetación. Este exceso de microcontraste da una sensación de nitidez artificial, problema que sigue arrastrando Samsung y que marcas chinas con mejores sensores están tratando mucho mejor.
A favor, el ruido está muy bien controlado, incluso en sombras, sin pérdida importante de textura.


Aberraciones ópticas

Uno de los puntos más débiles sigue siendo la aberración cromática. En bordes de alto contraste (ramas contra cielo o reflejos intensos) aparecen halos magenta y verdosos.
Es un problema óptico que otras marcas líderes en la actualidad -como Vivo u Oppo, gracias al trabajo conjunto con Zeiss y Hasselblad– han mitigado mejor mediante ópticas calibradas y algoritmos más precisos de corrección lateral, además de sensores más modernos que ayudan a evitar estos problemas.


Escenas interiores

En interiores, el sensor principal mantiene buena definición y control de exposición. La gestión de luz cálida -como en bares o restaurantes- es correcta y el detalle se mantiene estable.
Aun así, el bokeh natural se siente algo digital: el recorte entre planos es abrupto, y la profundidad de campo simulada carece del desenfoque progresivo que logran sensores más grandes o sistemas ópticos mejor calibrados. Estoy siendo muy exigente, que quede claro. Me gusta el resutado en general.


Fotografía nocturna

El control de ruido es bueno, incluso con ISO alto, y la exposición está bastante bien equilibrada: las sombras conservan detalle sin que los faroles o reflejos intensos queden totalmente quemados. Y digo totalmente quemados, porque hemos visto mejores resultados en otros equipos de gama alta. Así que es bueno, pero no el mejor.

El resultado en general tiende a verse algo plano. Esto se debe a una reducción de ruido agresiva que suaviza la textura fina, especialmente en superficies oscuras o cielos despejados.
En escenas más exigentes -como con la luna o durante una nevada– aparecen reflejos ópticos (lens flare) y ligeros halos alrededor de las luces, señal de que la lente no alcanza el nivel de recubrimiento antirreflejo de sistemas como Zeiss o Hasselblad.

El modo noche consigue imágenes limpias y luminosas, pero no del todo naturales: la luz de los faroles se expande más de lo que lo haría en la realidad, a veces se observan destellos y los contrastes pierden algo de profundidad.


Sensores secundarios

Con respecto al gran angular, los resultados no son los esperados para un equipo de este rango de precios. Si bien Samsung mejoró el sensor respecto al Galaxy S24, los resultados no son tan superiores como hubiésemos esperado.


De noche, el balance de blancos se muestra muy diferente respecto al sensor principal, con un tono más cálido. En general, muestra colores muy diferentes respecto al sensor principal, menos realistas, tanto de día como de noche, y pierde mucho detalle en las esquinas: se nota un empastado característico de sensores de no tan alta calidad. Asimismo, el contraste y rango dinámico son muy deficientes, nuevamente en comparación con el sensor principal.
De todos modos, son fotos de mejor calidad (mejor que el iPhone 17), y se agradece, pero Samsung debería apostar por lo mejor, y no por “complementar” al sensor principal. No creo que este gran angular pueda entrar ni siquiera en el top 5 actual.

Con respecto a los teleobjetivos, se percibe una diferencia notable entre el 3x y el 5x. El primero es un sensor antiguo que Samsung viene arrastrando desde hace varias generaciones, mientras que el segundo es más moderno, aunque lejos de ser el mejor del mercado. Sigo sin comprender cómo Samsung sigue vendiéndole a las marcas chinas el mejor sensor teleobjetivo del mercado y no lo usa para sí mismo (ISOCELL HPB).


Lo que me gusta de tener dos teleobjetivos es la versatilidad; en general, muchas veces vamos a usar el 3x y, aunque no sea de gran calidad, es muy útil en el día a día. El tele de 5x sin dudas entra dentro de los 5 mejores del mercado, pero sin sobrarle nada.
A distancias cercanas (entre 5 y 10x) la calidad es muy buena, pero le falta detalle en distancias más lejanas -algo en lo que Samsung era de lo mejor hace años con el S21 o S22 Ultra-.
También le falta contraste y rango dinámico frente a otros sensores del mercado, ya que tienden a “lavarse” a medida que nos alejamos.
Me gusta el efecto de desenfoque del modo retrato y los detalles que logra sacar, especialmente el sensor de 5x.

De noche, no son sensores óptimos para la fotografía por su escasa apertura y por ser sensores más pequeños, por lo que es común ver falta de rango dinámico y pérdida de nitidez, aunque el control del ruido está bastante bien resuelto. Lo que sí se observa es un problema para gestionar correctamente las altas luces.

El selfie muestra resultados muy buenos, y probablemente sea de las tres mejores cámaras delanteras del mercado. Los colores son bastante fieles, al igual que los tonos de piel, el desenfoque en el modo retrato es bastante natural y suave, aunque no perfecto (se notan problemas de enfoque en los pelos en la imagen en la que estoy despeinado), pudiendo notarse algo impreciso y no tan orgánico.
El contraste y rango dinámico es muy bueno, mostrando en general escenas bien expuestas. El detalle es muy bueno, aunque depende de las condiciones lumínicas, a veces puede notarse algo forzado por procesamiento.


Video

En video, Samsung siempre ha destacado… hasta que llegó la serie S25. No me quiero detener tanto en la calidad per se, ya que sigue siendo de las mejores en ese sentido, cerca de la calidad de los iPhone.
Se puede cambiar entre sensores en plena grabación (solo le reclamamos esto en HDR a 60 fps) con una transición aceptable, pero lejos de los mejores, como Vivo o Apple.
Los colores son naturales, la nitidez muy buena, alcanzando bitrates de hasta 150 Mbps, y el rango dinámico también es destacable.
Incluso la estabilización es de las mejores y no tiene tanto motion blur -ese efecto de “gelatina” o desenfoque por compensación de la estabilización electrónica-.
El problema surge cuando realizamos paneos rápidos laterales: el efecto rolling shutter (o shitter, como lo llaman informalmente) es demasiado agresivo y genera saltos o entrecortes que arruinan la grabación.
Lo bueno es que no pasa siempre: Samsung lo mejoró con actualizaciones, aunque todavía aparece en algunos videos.

Retrato principal

Retratos teleobjetivos

Teleobjetivos

Secuencia de sensores Gran angular, Principal y teleobjetivos

Formatos de imágen a diferentes resoluciones sensor principal

Comparativa sensores

Selfie

Fotografía nocturna

Paisajes con contrastes

Audio zoom con video en alto bitrate (147 Mbps)

Problema de entrecorte:

Video 4k a 60 fps caminando de noche

Cámara lenta de noche

Cámara lenta de día

Teleobjetivos

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