Con la evolución de las tecnologías, y por consiguiente de las consolas de entretenimiento, empezamos a encontrar una yuxtaposición entre el clásico entretenimiento “de tablero” y el de video. Sagas como Monopoly y Life pisaron fuerte en su época con grandes adaptaciones para la pantalla “videojueguil”.
Con la llegada de la gran Nintendo 64 empezó una de las mas entrañables para mí, Mario Party. Básicamente tenemos a todos nuestros queridos personajes de la gran N debatiéndose por ganar sobre el tablero.
23 años después, seguimos en esta gran vorágine de saga, pero bajo el nombre de Mario Party Superstars. Estrenándose este 29 de octubre, Nintendo y NDcube quimerizan lo mejor de la primera trilogía presentada en Nintendo 64, sumando obviamente nuevo contenido y un total de 100 minijuegos.
Como primer tropiezo, lamentablemente volvemos al mismo modus operandi en donde Nintendo elige a sabiendas sacar una entrega completamente nueva, pero con contenido reciclado.
Un clásico, pero solo eso
Más allá de cualquier tipo de critica destructiva que podamos darle, Mario Party SIEMPRE será un clásico para tener en la biblioteca, nadie puede cuestionarlo. Creo que el punto de inflexión radica esencialmente en la similitud sostenida en toda su historia, salvo por algunas novedades en el uso de la dinámica que ofrece el hardware de la consola en cuestión.
Superstars rescata en gran medida lo tradicional. Sacando del análisis la reutilización palpable en el porfolio de mapas, volvimos al uso estándar de los controles, algo que se había perdido en su versión anterior salida en 2018.
Los mapas como bien dijimos abarcan la primera trilogía de la saga, sumando algunos detalles interesantes en su historia ya que actuaria en forma de “secuela” de dicha trilogía.
En esta versión tendremos 5 tipos de tableros distintos: Yoshi´s Tropical Island, Space Land, Peach´s Birthday Cake, Woody Woods y Horror Land.
Lamentablemente no encontraremos muchas diferencias en la jugabilidad de cada uno, simplemente cierto tinte de nostalgia y algunas escenas sacadas de N64.
Sistema gráfico y sonoro que no desafía, ni un poco
Seamos sinceros, se ve prácticamente igual que un Mario Tennis, Mario Kart o alguno similar. La realidad es que no puedo decir nada malo, ya que encontramos un buen desarrollo gráfico durante toda la experiencia, pero esto no quita que tengamos esta sensación de estar observando lo mismo entrega tras entrega.
En cuanto a su contra parte sonora, las musicalizaciones son las originales de la trilogía, pero con alguna vueltita de rosca. Animadas, divertidas y sin mucha complejidad. Están para sumar a la experiencia completa, pero no deja de ser algo conocido.
