Tengo un amigo (que justamente escribe también para este medio) que disfruta mucho los speedruns. Ver cómo los jugadores buscan el camino más corto, más rápido, usan todas las técnicas posibles, aprovechan todo el entorno y, por qué no, algún glitch o bug para lograr terminar el nivel o el juego de la manera más rápida posible, le genera mucho placer. Pero, ¿que pasa cuando el objetivo del juego es justamente speedrunnearlo de manera frenética? AEON DRIVE te da la respuesta.
AEON DRIVE está disponible para Playstation 4/5, Xbox Series, Nintendo Switch y PC.
HAY QUE DARLE TIEMPO AL TIEMPO
La historia es súper sencilla. Nos ponemos en control de Jackelyne, una exploradora especial que termina con su nave dañada tras intentar escapar de una guerra interestelar, y debe realizar un aterrizaje forzoso en la planeta de Neo Barcelona. Durante la caída, los núcleos de la nave se dañaron y están a punto de estallar, lo que también significaría la destrucción del pequeño planeta. Afortunadamente Jackelyne está acompañada por Vera, una inteligencia artificial que tiene la capacidad de doblar el tiempo y espacio, pero solo durante 30 segundos. Y ese es el tiempo que tenemos para llegar al final de cada nivel y juntar un poco más de energía para que Vera pueda repetir el proceso, hasta que podamos encontrar todos los núcleos, desactivarlos y, si es posible, reparar nuestra nave y volver a casa.
CORRE FORREST, CORRE!!
AEON DRIVE es un juego que mezcla la acción con el platforming. Nuestra heroína debe llegar al final de cada nivel abriéndose paso a través de puertas, plataformas, enemigos y peligros varios. Para ello, cuenta con una espada, que le sirve tanto para atacar enemigos como activar interruptores cercanos, una daga, que además de servir como ataque a distancia nos permite teletransportarnos a cualquier punto dónde la arrojemos y quede clavada, un deslizamiento que para pasar a través de pasillos pequeños y un pisotón para destruir objetos o plataformas que se encuentren debajo nuestro. Además, Jackelyne puede colgarse de las paredes y saltar hacía otros puntos una vez apoyada en alguna de ellas.
Pero el concepto más importante en el juego es el tiempo. Cómo mencioné anteriormente, tenemos solo 30 segundos (si, TREINTA SEGUNDOS) para llegar al final de cada nivel. La idea es ir abriéndonos paso de la manera más rápida y limpia posible, ya que aunque el tiempo es sumamente bajo, los niveles están diseñados para que dicha cantidad de segundos sea suficiente para lograr el objetivo. Cada uno de los mismos tiene varios caminos y posibilidades, así que no hay una única ruta para llegar al final. Lo ideal es tratar en principio ver las variantes de recorrido que se nos ofrecen, elegir la que nos parezca que menos nos cueste y practicarla muchas (MUCHAS) veces hasta superar el nivel. Justamente la repetición, el morir y reintentar muchísimas veces y bajar los tiempos lo más que se pueda es la intención de los desarrolladores al presentar su frenético juego.
Y quedan advertidos: hasta que comprendamos las mecánicas del juego y aprendamos a utilizarlas de manera correcta, AEON DRIVE es altamente frustrante y poco disfrutable. Pero una vez que le agarramos la mano, se vuelve tremendamente adictivo y hasta podemos volvernos tan maestros de su jugabilidad que los niveles pueden durarnos, literalmente, 10 segundos. Si, así de rapidísimo es todo.
TIC TOC, TIC TOC, TIC TOC, BOOM!
Si bien como dije la idea es que recorramos cada uno de los 100 niveles de la manera más rápida posible y se fomenta la competencia mostrándonos un ranking mundial de jugadores y se nos ubica en el mismo de acuerdo al tiempo tardado (y quede número uno del mundo en un par de niveles, ejem, ejem), también se premia la exploración de las zonas más apartadas de cada nivel, que si bien conllevan la pérdida de valiosos segundos, es la única forma de llegar a los diferentes tipos de coleccionables, para aquellos que gustan de completar los juegos al 100%.
Diamantes, hot dogs o cubos, todos brindan diferentes bonus si logramos conseguirlos todos, como acceso a documentos secretos que profundizan la historia del juego. Otros ítems de suma importancia en los niveles son las cápsulas de energía repartidas en gran cantidad en cada recorrido, que a medida que vayamos juntando irán llenando una barra en la parte superior de la pantalla que una vez que esté completa nos permitirá hacer uso de un botón que nos añadirá 5 segundos al tiempo límite. Suena a nada, pero más de una vez nos va a salvar de fallar un nivel por un par de segundos.
Obviamente, dentro de la competitividad del juego se fomenta el no uso de ésta ayuda, ya que es una realidad que los niveles están diseñados tan perfectamente que 30 segundos son suficientes para terminarlos. Siempre que no cometamos el mínimo error, claro está.
PIXEL ART FURIOSO
Cómo se ve en las imágenes, AEON DRIVE está completamente realizado en pixel art, lo que inmediatamente nos traslada a la época de los juegos de 8 y 16 bits, dónde la dificultad elevadísima también estaba a la orden del día. Por momentos me hizo sentir que estaba jugando a los viejos títulos de NINJA GAIDEN, repletos de acción, saltos y plataformas, y dónde el mínimo error significaba la muerte. AEON DRIVE es un juego difícil, muy difícil de hecho, pero la inversión de tiempo y esfuerzo vale la pena porque nos sirve para darnos cuenta de que esa dificultad muy por encima del promedio no es injusta, sino que realmente el juego está muy bien diseñado, responde bien y que las cosas fluyen naturalmente una vez mastereadas las mecánicas.
Y aquí viene una pequeña confesión: cuando me ofrecieron la posibilidad de analizar AEON DRIVE, me dediqué a ver un par de vídeos de gameplay y me dije a mi mismo “Nop, esto no es para mí”. El nivel de sincronización y perfección requerida para superar los niveles me parecía una cosa de otro planeta, de esos gameplay profesionales dónde cada movimiento es tan ajustado y a tiempo que se siente “inalcanzable” para los simples mortales.
Pero bueno, mi orgullo no me deja rechazar ningún desafío. Morí mil veces de entrada y estuve a punto de dejar de jugar al poco rato nomás. Me parecía todo un sinsentido. Pero también soy terco y cabeza dura, así que seguí intentando y perfeccionandome (que la verdad no me tomó más de un día) y ya para el final prácticamente me di cuenta de que el juego me había hecho adquirir tal destreza que realizaba las secuencias de movimientos necesarios sin pensar, era prácticamente una memoria muscular lo que me había generado, y pude terminar los 100 niveles que lo componen sin problemas. Increíble.
TODO ESFUERZO TIENE SU RECOMPENSA
Así que, por lo expuesto, considero que AEON DRIVE es un gran juego, súper adictivo, bien estructurado y con una curva de dificultad ajustada perfectamente. Pero, como también lo dije, requiere dedicación. Nada de esto se nota en las primeras horas de juego, sino todo lo contrario. Es todo duro, odioso e injusto. Por eso no es un juego para cualquiera. No es necesario ser un profesional, ni siquiera muy habilidoso. Lo único que el título nos pide para empezar a revelar sus virtudes es dedicación, esfuerzo, paciencia y perseverancia. La frustración inicial va a ser elevada, pero una vez superado ese umbral todo se vuelve un desafío que vale la pena.
El juego tiene además un modo competitivo offline, dónde hasta 4 jugadores (seleccionando variaciones en el color de la protagonista) pueden competir en el mismo nivel para ver quién llega más rápido a la meta.
Si acaso hay que criticarle algo, es que en pos de que aprendamos rápido a jugarlo y a superar los tiempos, no se siente que el juego tenga realmente una historia, el personaje no adquiere nunca nuevas habilidades o movimientos y las diferencias jugables entre los 10 mundos son realmente mínimas.
