¿El joven Clint Eastwood marcó parte de tu vida y siempre soñaste con tener algo de aquel galán hollywoodense? Don’t Die in the Wets, de Funday Games, nos invita a ponernos en la piel de un vaquero en un survival de hasta cuatro jugadores.
Don’t Die in the West esta disponible en Early Access para PC.
Don’t Die in the West nos da la oportunidad de trasladarnos al tan aclamado lejano oeste y ponernos en los zapatos de un vaquero.
La historia comienza muy al estilo Stardew Valley, aunque en esta ocasión heredas el rancho de tu tío, no de tu abuelo. ¿El objetivo? Reconstruir de cero aquel lugar y hacerlo completamente funcional.
La realidad es que la historia parece tener poco peso sobre el juego en sí. Más allá del puntapié inicial y algún que otro comentario extra por parte de algún NPC, la narrativa queda escondida en un plano completamente segundario. El enfoque de la experiencia está puesto en otros lados y te lo hacen saber casi inmediatamente.
Uno de los grandes fuertes del juego es, por ejemplo, la construcción en sí. Como mencioné previamente, el objetivo principal, por decirlo de alguna manera, es reconstruir nuestro rancho.
Por ese motivo, deberemos salir a explorar el mapa en busca de los materiales necesarios para fabricar los elementos indispensables para así poder ir mejorando poco a poco nuestra choza.
Entre la violencia de un survival y la tranquilidad de un cozy…
Si bien todo el costado de exploración y construcción puede rozar lo cozy, la realidad es que Don’t Die… ofrece una experiencia mucho más violenta. Salir en busca de materiales implica encontrarse con animales salvajes en el camino y con violentos bandidos que no dudan en disparate al menor contacto visual.
Como si esto fuese poco, teniendo en cuenta que el título es, en realidad, un survival, la alimentación es un factor clave para llegar al final del día. Pero, no es tan fácil como comer una fruta del piso y ya. El personaje en cuestión, como si se tratase de un nene chico, no soporta repetir comidas, así que si tu primer plato fue un pedazo de carne, el segundo deberá ser uno completamente diferente y el tercero otro distinto a los anteriores.
Estoy verde (no me dejan salir)
Don’t die in the West se encuentra, por el momento, en acceso anticipado; algo, desgraciadamente, muy notorio. Si bien las bases del título son sólidas, la realidad es que se siente muy falto de contenido. Cada hora que pasaba se sentía igual a la anterior, sin notar realmente un proceso o un mínimo avance.
La falta de claridad sobre cómo avanzar tampoco ayuda. Quienes no tengan experiencia en este tipo de juegos rápidamente se sentirán perdidos sobre qué pasos seguir. Las misiones no son claras con respecto a sus indicaciones y muchas veces hay que recurrir a simplemente deducir por dónde ir.
Desde su costado más marketinero, se le da mucho foco a la posibilidad de jugar el título de manera cooperativa. Pero… la experiencia cooperativa tampoco se encuentra bien pulida. Por darles un ejemplo, en etapas iniciales del juego las recetas no son compartidas. De esta manera, si fuiste vos quien leyó la receta de cómo preparar tirachinas (elemento fundamental para sobrevivir las primeras noches) vas a ser vos y únicamente vos quien sepa como construirla. ¿Tus amigos? A su suerte –aunque podés ser buena persona y construir extras para ellos–.
Al ser un juego que se encuentra en acceso anticipado realmente no se puede juzgar de antemano. Todos los errores mencionados previamente pueden ser tranquilamente solucionados con el correr de los parches. De hecho, el equipo de desarrollo manifestó estar muy al tanto de los comentarios de los jugadores. Sus cimientos por el momento son sólidos pese a la falta de contenido. No queda otra que esperar y estar atentos a las nuevas actualizaciones.
