NextStudios, una desarrolladora china que pertenece a Tencent, sacó a la luz finalmente la versión de consolas de este hermoso videojuego de puzzles que hace dos años y medio tuvo su debut en PC. ¿Valió la pena la espera?.
Iris.Fall ya esta disponible en PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch.
Un mal sueño
Iris, una jovencita (en realidad no sabemos si la protagonista se llama Iris, porque no hay un texto que detalle nada), se despierta sobresaltada de un sueño. Imágenes extrañas pueblan su mente. Una mujer adulta, gatos, murciélagos, luces, sombras. Inmediatamente ve a un gato negro que parece estar aguardando que ella lo siga. Iris se levanta y lo alcanza en una insólita y enorme habitación que parece un teatro, lleno de muebles, engranajes y detritos. Muy velozmente observa unos libros desperdigados aquí y allá con los cuales interactúa. Para su sorpresa, ella abandona su estado corpóreo y se hace una con las sombras. De esta manera es capaz de alcanzar una marioneta inaccesible en su forma física.

A lo largo de su jornada, la utilización de este recurso será vital para llegar al final del misterio. Uno que ni siquiera nosotros, que la controlamos, entendemos muy bien.
La sombra corpórea

Iris.Fall tiene un arte y diseño exquisitos que son lo primero que deslumbra nuestra vista. En furioso blanco y negro con referencias de color exclusivos a la luz y otros detalles, el videojuego rezuma homenajes al expresionismo alemán, al surrealismo de Escher, a Tim Burton, a la estética Steampunk. Por momentos parece que algo está acechando para pegarnos un buen susto que jamás sucede. La banda sonora también mezcla tonos circenses con otros de vaudeville. Y por momentos suena un piano triste. Lo curioso es que estas mescolanzas extravagantes suelen salir bastante mal. No es el caso de este videojuego.

La perspectiva fijada ayuda muchísimo a que parezca una pintura cada escenario al que accedemos. Este método de cámara es también el que asiste a nuestra frustración en ciertos puzzles específicos donde no tenemos un control 360 del objeto que tenemos que manejar.
El videojuego es absolutamente lineal. Ocho breves capítulos que encapsulan a unas cuantas habitaciones con dos o tres puzzles cada una por figurar. De resolver con éxito estos puzzles, Iris.Fall se culmina en menos de dos horas, y eso incluye las cinemáticas animadas que dan un poco de contexto al relato que aunque algo esquivo, es bastante prototípico. No hay exploración que nos detenga en el avance. Los escasos objetos que tenemos que recolectar están señalados en el escenario y hasta se nos indica donde se los coloca, con la única dificultad de que si hay mas de un espacio donde se ubiquen, tal vez hay que alternar la posición hasta dar con la adecuada.

El Puzzle incómodo
En conclusión, Iris.Fall es un videojuego relativamente sencillo que promueve una narrativa para ir descubriendo, cuya dificultad pasa por la resolución de los rompecabezas que básicamente se dividen en dos: los que involucran convertir a Iris en sombra para acceder a espacios determinados, y puzzles mas clásicos de entender un patrón para desbloquear algo. Estos últimos son los mas complejos (hasta un punto). Hay un puzzle determinado donde tenemos que alumbrar cuatro puertas a la vez. Para hacerlo tenemos que maniobrar una suerte de cubo rubik de cuatro caras por lado, suspendido en el aire del cual surgen las cuatro luces de cuatro de sus casilleros. No parece un rompecabezas imposible de resolver, sin embargo, la cámara está fijada en una posición del escenario donde solo podemos observar tres de sus lados. No es el único puzzle que se vale de la materia estética para acomplejarse. No obstante, si no fuera por esos desafíos, probablemente estaríamos frente a un videojuego aún mas corto.


Conclusión
Iris.Fall es uno de esos clásicos videojuegos de PC que se compran en una sale de Steam y del cual nos llevamos una grata sorpresa porque nos hacen pasar un rato tranquilo resolviendo rompecabezas y un misterio que, si bien es de todo menos intrigante (el final se ve venir mas o menos desde los diez minutos de juego), no por eso no deja de llegarnos al corazón.

