Si alguna vez te imaginaste siendo una deidad improvisada y caótica, Overthrown es tu oportunidad. Este título, disponible en Early Access, nos lleva a un mundo sin introducciones elaboradas ni una narrativa predefinida.
Overthrown, el nuevo juego de simulación y construcción de Brimstone, combina acción frenética y gestión estratégica en un mundo donde las reglas parecen secundarias. En esta versión preliminar, sus ideas destacan, pero también evidencian el camino que aún falta recorrer.-
El juego nos invita a tomar el control de una gobernante pelirroja que, con habilidades sobrehumanas, debe levantar un reino desde cero . Acá, no hay ceremonias: reclamás una corona marcada por un rayo de luz y el juego arranca, confiando en que averigües el resto por tu cuenta. Como diría Taylor: You’re on Your Own, Kid.
La jugabilidad combina aspectos de simuladores clásicos con elementos de acción que inyectan dinamismo. Desde el primer momento, la fluidez de los movimientos y la velocidad para derribar árboles generan una experiencia diferente al tedio mecánico de otros juegos del género. Acá no vamos a tener que caer en recolectar cierta cantidad de ramas y piedras, fabricar nuestra propia hacha y tener que apretar frenéticamente una tecla frente a un árbol para talarlo. Tampoco hay que mejorar herramientas para avanzar.
La acción, en resumidas cuentas, se limita a correr al mejor estilo Naruto, golpear las cosas y listo, la magia está hecha: ahora dispondrás de la tan ansiada madera.
Más allá de cortar este material de la naturaleza, el núcleo de Overthrown es la gestión de recursos y el desarrollo de un imperio. Podés diseñar tu ciudad con edificaciones clasificadas en varias categorías, como agricultura o infraestructura, y decidir políticas económicas que incluyan salarios y tasas impositivas para mantener a tus ciudadanos satisfechos.
Sin embargo, las mecánicas de gobernanza no están completamente desarrolladas —como casi ningún punto hasta el momento—, y la falta de objetivos definidos se siente rápidamente. A esto se suma un combate básico que queda eclipsado frente al frenesí de otras dinámicas.
El apartado visual tampoco termina de despegar. Los gráficos, aunque funcionales, carecen del impacto necesario para volverse memorables. Los edificios y personajes tienen poco detalle, mientras que el entorno, aunque agradable, resulta desolador. Este vacío se acentúa por la ausencia casi total de efectos de sonido y música, lo que obliga al jugador a llenar los silencios con su propia playlist.
Pese a sus carencias, el potencial de Overthrown es evidente. Las bases están puestas, con mecánicas atractivas y un enfoque caótico que resulta refrescante dentro del género. Sin embargo, el juego aún necesita mejorar en términos de contenido, gráficos y pulido general.
CONCLUSIÓN
Overthrown deja una sensación agridulce: emociona por lo que promete, pero todavía está lejos de ser una experiencia completa. Es una propuesta que merece la atención de quienes disfrutan seguir el desarrollo de un juego desde sus primeras etapas. Para los demás, esperar actualizaciones puede ser la mejor opción antes de embarcarse en esta aventura caótica.
