El director creativo original de Assassin’s Creed, Patrice Désilets, vuelve al ruedo en la industria con Ancestors: The Humankind Odyssey, un juego de supervivencia que nos transporta a la selva africana hace 10 millones de años atrás.
Ancestors: The Humankind Odyssey esta disponible para PC y en Diciembre saldrá en PS4 y Xbox One.
Origen y evolución del ser humano
Con una especie de video sobre la famosa “ley de la selva” a modo introductorio, Ancestors nos sitúa 10 millones de años atrás en medio de la jungla africana. Hay una sola cosa que se busca dejarnos en claro: al mejor estilo de la teoría evolutiva de Charles Darwin, sólo el más apto sobrevivirá.
En un comienzo nos pondremos en la piel de homínido bebé que, perdido en medio de la nada, debe encontrar el refugio de su clan. Una vez hallado dicho lugar, comenzará la verdadera acción. Con todos los simios del clan a nuestra disposición para manipular, debemos avanzar a través del tiempo (para ser más exactos, a las diferentes etapas de la evolución humana), hasta alcanzar a nuestros antepasado: los famosos homosapiens,
El más fuerte sobrevive
Cómo mencionamos antes, contaremos con un clan de simios para utilizar a nuestro antojo. Claramente podremos realizar las actividades básicas de estos seres: correr, saltar, escalar árboles, balancearnos sobre lianas, etc. También podremos (y tendremos) que emparejarlos entre ellos para que tengan hijos y así extender nuestra especie y hacerla más fuerte. Hay tres cosas básicas a tener en cuenta: agua, comida y descanso (siempre debemos estar atentos a que nuestros primates mantengan estos puntos altos).
Como el objetivo es la evolución de la especie, nada se podría lograr si nos quedamos encerrados en nuestro refugio. Para ello debemos salir (solos o acompañados) a realizar expediciones y adentrarnos a la temerosa y desconocida selva. Una vez “sueltos” en el medio de la nada, tendremos vía libre para recorrer a nuestro antojo la flora y fauna allí presente. En este punto debemos preocuparnos por analizar nuestro entorno. Esto implica, en parte, examinar (y por qué no recoger) los objetos que vayan apareciendo a nuestra vista.
Para poder manejarnos libremente por la selva contaremos con un sistema de inteligencia que nos permitirá reconocer a lo lejos elementos con los que ya hemos interactuado con anterioridad. También tendremos desarrollado el olfato y el oído, que nos ayudará a ubicarnos y así poder regresar a un lugar seguro ante cualquier peligro.
Pero no todo es color de rosa: una vez en el medio de la nada corremos todo tipo de peligro. Desde dar un paso en falso y caer al vacío, hasta el ataque repentino de un tigre, –o, por qué no, comer unos hongos venenosos–, la vida del primate de turno puede culminar de un segundo al otro. Es ahí que automáticamente pasamos a manipular a otro miembro del clan. El problema es que ahora a éste le puede agarrar un ataque de histeria por el miedo a lo desconocido y, por ende, terminar perdido entre las malezas. Bueno, pasamos a otro… Pero, okey, falleció de viejo a los pocos minutos.
El correr de los días se da de una manera rápida y, en este punto, podemos avanzar aún más rápido con simplemente dormir. Aun así, podemos pasar cientos de días y no sentir realmente ningún cambio en nuestra historia más que el envejecimiento de nuestro clan, algo que finalmente ocasionará la muerte de ellos y por ende debemos volver a empezar de cero.
Finalmente Ancestors es un juego en el que podremos pasar horas y horas y no notar avance alguno. Con el correr del tiempo, la experiencia termina volviéndose tan reiterativa como frustrante. Una y otra vez nos encontraremos frente a los mismos escenarios y a las mismas situaciones. Cuando pensemos que por fin le “agarramos la mano”, algún imprevisto nos llevará a la muerte (e inminente extinción de nuestro clan) y debemos, otra vez, volver al mismo punto de inicio.
Flora y fauna con sabor a poco
Los gráficos posiblemente sean uno de los puntos más decepcionantes de esta entrega. La flora y fauna es conocida por ser rica en diversidad de formas y colores, pero en esta ocasión esto no se ve reflejado. Si tenemos en cuenta que, al menos en un comienzo (lo cual lleva mucho tiempo), comenzamos siempre desde el mismo punto, nos encontramos una y otra vez con las mismas plantas y los mismos animales. Estamos en una selva, pero parece que allí sólo habitan tigres, serpientes y cocodrilos, nada más…
Las texturas además resultan toscas. La forma de los animales es desprolija y desproporcionada. También será moneda corriente que la rama de un árbol atraviese como si nada la figura del gorila de turno que estemos manipulando en ese momento. Si tenemos en cuenta que el Ancestors viene de la mano del director creativo del mítico Assassin’s Creed, uno esperaba mucho más en este ámbito.
El aspecto sonoro, a diferencia del visual, si ayuda a mejorar la ambientación. Nos acompañará constantemente una música instrumental típica de las tribus africanas que, con el tiempo, se irá haciendo cada vez más persistente. Esta banda sonora se acoplará perfectamente con un sonido ambiente que nos envuelve y nos adentra de lleno en la selva y todo lo que ello conlleva.