El estudio catalán Piccolo presentó, a principios de diciembre, Arise: a simple story, un sencillo pero atrapante indie que nos sumergirá en una historia completamente emotiva.
Se encuentra disponible para PC (a través de Epic Games), PS4 o Xbox One.
Un viaje por la vida
Arise: a simple story nos ubica, en su comienzo, en el funeral de un hombre que acaba de fallecer. Acto siguiente, esta persona con rasgos similares a Papa Noel despierta en lo que podríamos considerar una especie de limbo. A partir de allí recorremos la (triste) historia del susodicho.
Divida en varios capítulos, iremos recorriendo los momentos que marcaron la vida de este ser. Una vida colmada, por momentos, de la tragedia y la desolación. Si bien no hay diálogos ni escenas en concreto que nos marquen qué es lo que realmente sucedió, habrá ciertos fragmentos que nos dejarán saber, con muy poca información, qué es lo que se esconde tras esas efímeras imágenes.

Si bien, como dije con anticipación, no se brinda mucha información sobre la historia en sí, lo poco que se puede decir terminaría, francamente, siendo un spoiler. Sólo me voy a limitar a decir que recorreremos, en gran parte, su historia junto a quien fue el amor de su vida.
Manipular el tiempo a nuestro antojo
La curiosidad de Arise: a simple story es que nos brinda la posibilidad de mover el tiempo a nuestro antojo. Es así que sólo debemos enfocarnos en manipular el flujo temporal, por ej.: adelantar para congelar el agua o para extinguir un incendio o retroceder para unir dos bloques de tierra que se dividieron tras el paso de una roca.

Es así que con este mecanismo iremos desbloqueando los puzles que se nos presenten para avanzar dentro del nivel que estemos y pasar al próximo (cada nivel representa un capítulo en la vida de este “Papa Noel”).
Dentro de cada nivel la dificultad del juego irá in crescendo, aunque nunca lo suficiente como para ser considerar siquiera mínimamente difícil. Realmente el eje está puesto es avanzar en la historia de este ser (sumergirnos de lleno en ella, casi sin interrupciones) y no en quedarnos trabados (y por qué no, frustrados) en una parte que, al fin y al cabo, no representa nada.
Adentro de cada capítulo también nos encontramos con unas esferas brillantes que representan recuerdos del protagonista. Al agarrarlos nos encontraremos con una especie de dibujo que nos mostrará, claramente, un recuerdo de su vida.

Además, Arise… también cuenta con la posibilidad de jugar la partida en modo cooperativo. Mientras uno de los jugadores manipulará el flujo temporal, el otro se encargará de mover al personaje principal hacia los diferentes puzles.
Mundo lleno de colores y sensaciones
Cómo cada nivel está dividido en los momentos de la vida del protagonista, esto se ve reflejado completamente en el aspecto gráfico (y también sonoro de cada uno de ellos). Cuando pasemos por la historia de cómo conoció a su amada (y los momentos lindos que vivió junto a ellas), el capítulo estará atestado de flores y colores brillantes. En cambio, cuando pasemos por las partes más sombríos, la paleta de colores se tornará más oscura, habrá lluvia (y los demás elementos siempre presentes para contar una historia triste).

Esto mismo se aplica al aspecto sonoro. Cuando recorramos los recuerdos lindos, la música presente será alegre, como para representar la vida y los momentos lindos de ella. En cambio, en los otros capítulos la música reflejará por momentos terror, desolación o desesperanza.
Es así que Arise: a simple story nos sumergirá en un mundo lleno de colores y sensaciones. Tanto su ambientación sonora como gráfica se adaptan de lleno al momento de la historia que se nos quiere contar. Ambos elementos también serán claves para emocionarnos en momentos determinados de la partida.

Conclusión
Tal como dice su título, Arise es una “simple historia”. No necesita de muchos elementos en cuanto a lo narrativo para sumergirnos de lleno en esta experiencia. La poca información que se nos brinda nos alcanza para querer recorrer esta historia de principio a final. Eso sí: no olviden de tener un paquete de pañuelos al lado, posiblemente vayan a emocionarse en más de una ocasión.
