Cruelty Squad rompe todas las reglas, y está perfecto.

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¿Qué hace bueno a un FPS? ¿Es necesario que un género siga una fórmula a rajatabla? ¿Hasta qué punto podemos disfrutar de un producto que no entendemos? ¿Es moralmente correcto matar coleccionistas de Funkos sin remordimiento? Cruelty Squad no responde ninguna de esas preguntas, y genera muchísimas más.

Cruelty Squad está disponible en PC. Por motivos detallados más adelante, no podría funcionar en ninguna otra plataforma.

Voy empezar este viaje a través de este mundo tan particular y extraño, recordándole a todo el mundo que Cruelty Squad reside en Steam con la mayoría de sus reviews Extremadamente Positivas. Se le pueden cuestionar muchas cosas, pero a su público le encanta.

Al abrir el juego, nos va a recibir una cacofonía de sonidos extraños formando una música de fondo. El volumen es fuerte y las melodías son agresivas, el nivel de composición roza la esquizofrenia, y es así con todo el OST, pero la verdad es que suena fantástico. En una cutscene de lo más burda, nuestro personaje se está duchando mientras recibimos una llamada de nuestro empleador, contratándonos para hacer trabajos sucios (asesinatos). Básicamente somos un asesino a sueldo para una compañía llamada “Cruelty Squad”. Mientras vemos esta secuencia, afuera de nuestro edificio hay un tiroteo.

Nuestro empleador, que nos va a contar con lujo de detalles de qué trata cada misión y a quien hay que amasijar, se ve así:

Si.

El menú principal es minimalista y contra intuitivo, vamos a tener que ir con el mouse arriba de cada botón y ver lo que sale hasta que aprendemos qué hace cada uno, que no siempre tiene lógica. Esto además de que la estética que maneja es repulsiva, caras extremadamente siniestras nos acompañan en casi todo menú, y las texturas de la misma interfaz y el mundo contrastan para que todo parezca feo. Dentro del juego, algunas puertas tienen caras, los inodoros explotan, las texturas de todo no tienen sentido alguno de gusto por la decoración. Junto con la música, es un constante ataque a nuestros sentidos.

Todo esto, sin embargo, está diseñado de la forma que es absolutamente intencionalmente. Esto se puede ver también en la presencia en Twittter de los developers, Consumer Softproducts, una cuenta que parece manejada por alguien con un simpático nivel de esquizofrenia, pero que sin embargo logran crear una imagen auténtica y original.

Si ya vieron cualquier screenshot, de más está decir que no se recomienda este producto para nadie con epilepsia ni foto sensibilidad.

SOS UN AUTOMATÓN DE CARNE ANIMADO POR NEUROTRANSMISORES

Para empezar a jugar, elegimos una misión y entramos al nivel. Esto hasta ahí es fácil, la descripción nos va a indicar de qué se trata el “trabajo” y a quien hay que eliminar. Esto siempre es alguna historia loca y rebuscada y hasta distópica, pero ya hablaremos de temática más adelante. Al arrancar vamos a ver los objetivos marcados con una cruz, podemos ver la marca a través de las paredes y así determinar en dónde están y cómo llegar a ellos. Eso no quita que a veces los niveles sean complicados y laberínticos y no sea fácil llegar, por lo que ver sus ubicaciones se vuelve muy útil. Además, para saber a quién hay que matar, ya que los personajes son casi todos humanoides muchas veces no muy distintos entre sí. Además, matar civiles trae una penalización de puntaje, para tener en cuenta.

La interfaz es pesadillesca, nuestra vida la vemos en números en la parte superior izquierda de la pantalla, acompañado por un blob con la palabra “LIFE” en relieve, que nos tapa cómodamente un cuarto de pantalla. En la esquina inferior derecha tenemos la munición disponible, acompañada de una carita que no cumple ningún propósito salvo estar ahí y ser fea.

Ahora podemos ver el gameplay en sí, Cruelty Squad es un FPS, pero no nos vamos a sentir en casa inmediatamente al jugar por primera vez. Los controles hacen las funciones básicas de formas bastante particulares. El FPS es un género que durante muchos años estableció ciertas “reglas” que casi todos suelen respetar. Cómo recargar con la tecla R, agacharse con CTRL o C, apuntar con click derecho, etc. En este juego está todo al revés.

Para apuntar nuestra arma y refinar la mira, lo hacemos con Shift. La tecla R entonces, sirve para interactuar con el mundo, todo lo que podamos usar o recoger lo hacemos con esta tecla, el cursor cambiando a una mano dibujada, rancia y juguetona, que indica cuando podemos hacer una interacción. En la tecla F tenemos una patada, que es una de las mejores herramientas del juego. Podemos matar personajes, patear objetos y tirar abajo puertas. Es especialmente útil y divertido hacer esto último. Para recargar el arma tenemos que sostener el click derecho del mouse y llevarlo hacia abajo. Al hacer esto nuestro personaje baja el arma y así se recarga, esto suena muy incómodo en papel, pero a las dos veces de intentarlo ya se siente más natural. Es poco ortodoxo, por supuesto, pero tiene sentido bajar el arma para recargarla y hacer el movimiento con la mano (que hay que bajarlo bastante además) sirve para sumarle un aspecto más lúdico. Lo bueno de este sistema es que para recargar el arma no necesitamos comernos animaciones largas, todas las armas se recargan tan rápido como podamos mover la mano. Por último, nos agachamos con X, esto es lo único que considero al día de hoy incómodo, el resto tiene sentido y es fácil acostumbrarse.

Es así que decido empezar la misión, entro a un edificio y me recontra cagan a tiros mal. En parte por no estar acostumbrado a los controles y también porque los enemigos de este juego son implacables. Si nos ven, casi al instante nos están acribillando. Es por eso que el sigilo es casi obligatorio, podemos ir con metralleta, pero créanme que no es tan efectivo. Así que en los siguientes intentos fui mucho más tranquilo y de sigilo, por suerte una de las armas con las que empezamos es una pistola silenciada muy precisa. Y poder pasar este juego requiere casi siempre una precisión quirúrgica a la hora de apuntar y movernos. Es un juego donde a casi todos los enemigos los podemos matar de un headshot, y me parece fantástico que así sea. No sé cuántos intentos me llevó pasarlo, pero para cuando terminé la misión sentía que había aprendido mucho. El loop de gameplay es ese, agarramos una misión, matamos a los objetivos y buscamos la salida.

Todo empieza contra intuitivo, pero nos acostumbramos y nos volvemos una máquina de matar. Una vez aprendidos los controles, nuestra memoria muscular llega a disfrutar los controles extraños. Los enemigos empiezan siendo guardaespaldas o fuerzas de seguridad y van incrementando en letalidad y también en lo bizarros que son. Hay unos zombies casi imposibles de matar, un castillo inflable hecho de carne, unos hombres-flor que caminan en cuatro patas, unas cleopatras que explotan con nubes de veneno al morir, ratas-babosas venenosas y mi menos favorito: un enemigo que al verlo o estar cerca de ellos, hacen que perdamos el control de nuestra arma, disparemos automáticamente y veamos todo torcido.

Para rejugabilidad, cada misión puede repetirse con algunos modificadores. Modo Punishment está disponible desde el principio, los enemigos pasan a hacer el doble de daño, pero obtenemos el doble de recompensas. Modo Chaos requiere que primero pasemos la última misión secreta (algo extremadamente difícil) y desbloqueemos el tercer final. En este modo, para pasar la misión suman más objetivos para asesinar, hay nuevos enemigos randomizados, y varios tienen modificadores para hacerlos más letales.

El juego cuenta con una cantidad de armas bastante alta, y la verdad es que la mayoría por suerte son útiles y divertidas de usar. Para desbloquear un arma vamos a tener que recogerla y terminar la misión teniéndola encima, haciendo esto se vuelve disponible para siempre. Esto a veces no es tan fácil como parece, algunas están muy escondidas o nos complica llevar un arma con la que no planeamos la misión. El juego nos permite llevar encima sólo dos armas, así que hay que estrategizar bien cuales van a ser las correctas para poder pasar bien la misión.

Con el dinero que ganemos de las misiones y de vender en la bolsa de valores, vamos a poder comprar equipo para usar en las misiones. Algunos de estos ítems vamos a encontrarlos durante las misiones, estos son los más raros pero los más útiles. Estas piezas de equipo podemos asignarlas a piernas, torso, brazos y cabeza, y al principio van desde cascos, chalecos antibalas, mejoras de velocidad en las piernas, granadas, etc. Pero hay otras mucho más bizarras con body-horror incluido, como exoesqueletos de carne, jetpacks que son parte de nuestro cuerpo que largan líquido misterio para saltar más alto, y así van subiendo en nivel de asquerosidad.  Estas opciones incluyen un intestino externo que podemos usar de soga para columpiarnos por los niveles.

El juego se define como un simulador inmersivo de fantasía de poder, y está en lo correcto. Ya sea porque aprendemos a jugar o vamos desbloqueando mejor equipo, repetir misiones se vuelve divertido. Para explorar y descubrir secretos, encontrar otras salidas o niveles secretos, o para sacar un mejor puntaje, sobran motivos para rejugar. Y pasar una misión que la primera vez nos costó de forma fácil y habilidosa, se siente muy bien.

Además de ser un juego de tiros, Cruelty Squad tiene un sistema de bolsa de valores integrado, en donde vamos a poder invertir en acciones y así generar más dinero. También en este modo, podemos vender órganos que obtengamos de enemigos asesinados en el mercado de órganos. Una de las armas es una caña de pescar, que podremos usar para juntar peces y poder también venderlos. A poco de empezar vamos a ver que no podemos vivir solamente de las recompensas de las misiones, por lo que aprender a invertir y vender se vuelve necesario para acumular dinero y comprar las mejoras más caras.

DE QUE TRATA SIQUIERA, Y QUE ESTÁ PASANDO

A esta altura ya dejamos dicho y demostrado que Cruelty Squad es un producto de lo más bizarro y extraño. No solo a nivel diseño audiovisual, el juego podrá no tener una historia lineal clásica, pero cada misión tiene su motivo para existir. Dentro de las mismas, podemos interactuar con mucho de los que nos rodea y los civiles, a veces podemos hablar con las personas que nos van a matar. Y la verdad es que tienen muchas cosas interesantes que decir. En una primera capa, todo parece mostrarnos un mundo en donde la muerte es muy común y nada permanente, las personas viven obsesionadas con el mundo corporativo y ganar dinero. En ocasiones no parece muy distinto a nuestra realidad actual.

Es un círculo de violencia que se repite infinitamente, cuando nos matan, tenemos 5 segundos antes de morir del todo, en donde vemos como que nuestra muerte la causa un explosivo en nuestro cerebro. Y en la pantalla siguiente nos informan que nuestro cuerpo fue reconstruido, entre otras informaciones crípticas dependiendo de la dificultad. Algunos diálogos indican que a nuestros objetivos no les importa que los matemos, ya que pueden ser reconstruidos. Pueden entenderse las misiones como que las repetimos infinitamente de forma canónica.

El juego tiene varios niveles de dificultad, y por supuesto que los va a manejar de la forma más retorcida posible. El primero es “Divine Light”, el predeterminado cuando empezamos. En este recibimos daño total de nuestros enemigos, pero podemos abrir unas puertas especiales, al recibir nuestra primera muerte, vamos a ser informados de que perdimos nuestra luz divina y pasamos a otro modo de dificultad. Este siguiente modo se llama “Flesh Automaton”, en este modo recibimos la mitad del daño de parte de nuestros enemigos. Si morimos cuatro veces en un mismo nivel vamos a pasar a otro modo de dificultad: “Power in Misery”. En este tercer modo no recibimos penalizaciones al morir y conservamos la reducción de daño del modo anterior, en este modo podemos consumir los cuerpos de nuestros enemigos para recuperar un mísero punto de vida.

El último modo de dificultad es el más difícil y el más difícil de acceder también. Se llama “Hope Erradicated” y con buenos motivos. Para entrar en este modo, tenemos que encontrar un santuario especial, para acceder a este hay que ir a los cuarteles generales de Cruelty Squad (la compañía), ir al ático y cambiar la resolución a 640 x 480. Para enterarnos de esto apenas tenemos algunas pistas de algunos NPCs. En este lugar también hay un santuario que nos devuelve la luz divina y podemos cambiar a esa otra dificultad alternativamente. Otra forma de entrar en este modo es encontrar una antorcha maldita que luego nos podemos equipar, esta antorcha está escondida en las catacumbas de la segunda misión y es muy difícil de llegar ahí. En “Hope Erradicated”, el cielo se pone rojo y el sol tiene una amenazante cara, y se aplican los modificadores de Chaos Mode. La única forma de salir de este modo de dificultad es volviendo a obtener nuestra luz divina.

En este último modo de dificultad podemos obtener la “operación de la muerte”, en donde yendo a un lugar específico solo accesible en este modo, nos podemos hacer esta intervención quirúrgica para pasar a “Death Mode”. nuestro globo de vida va a cambiar a decir “DEATH” de ahí en adelante y para siempre. Es un cambio permanente, pero es una mejora que no trae ninguna desventaja. Nos podemos mover apenas más rápido (casi imperceptible), y obtenemos la habilidad de hacer wall jump, que se vuelve indispensable para llegar a lugares secretos y movernos por las últimas misiones (las secretas y finales).

Podemos saber fácilmente en qué dificultad estamos si prestamos atención al borde de nuestra pantalla, va cambiando dependiendo de eso. Otra prueba de que el borde, así como casi todo lo bizarro que tiene, está en realidad fríamente pensado y armado a propósito. De más está decir que por supuesto todas estas mecánicas son elaboradas y muy complicadas.

Entenderán entonces, que Cruelty Squad está lleno de secretos y cosas para hacer además de las misiones. Todo lo que les conté es apenas rascar la superficie de un mundo enorme con tantos secretos que ni yo me lo creo. Ya sea pasar de un modo de dificultad a otro para entrar a lugares anteriormente inaccesibles o buscar las armas más poderosas, vamos a ir rejugando niveles y haciendo cosas que se alejan bastante de los objetivos principales. Todo suena muy extraño, pero la realidad es que todo este proceso es muy divertido, y súper disfrutable. Es ahí en donde Cruelty Squad triunfa haciendo las cosas totalmente al revés de cómo la lógica indicaría que deberían hacerse.

Cruelty Squad es y será por siempre un producto de nicho, a mí me encanta pero no se lo puedo recomendar a cualquiera. Hay personas que tienen paciencia nula para las rarezas que propone y está bien, no tiene que ser para todo el mundo. Me parece importante que exista un juego que haga las cosas de forma tan distinta y aun así funcione.



Me gustan los carbohidratos, la cafeína, los jueguitos y el aire acondicionado. Tengo todas las vacunas al día.


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