Codemasters lanzó a fines de febrero la quinta entrega de su saga GRID, que lamentablemente pasó un poco desapercibida dado a los juegos de alto perfil que salieron casi al mismo tiempo, pero como tiene muchos puntos potencialmente atractivos, les traemos una tardía pero útil (o eso espero) reseña.
Probamos GRID Legends en PS5; también está disponible en PS4, Xbox One, Xbox Series X/S y PC.
La identidad manda
La física en todos los juegos “de carreras” se puede ubicar en una escala que va desde lo más arcade a lo más realista o simulación. Es importante desde el comienzo definir que GRID Legends se encuentra firmemente del lado de la física más arcade: acá lo que importa es la facilidad en el manejo, la sensación de velocidad y la diversión; dejamos el desgaste de neumáticos y las molestas leyes de Newton para otros. Con esto claro, podemos decir que los controles son sumamente agradables y que la curva de aprendizaje es mínima. En minutos podemos controlar hasta el bólido más salvaje sin problemas. Está muy logrado el hecho de que cada vehículo de todas formas se siente diferente a los otros, y todos nos transmiten la adrenalina de la velocidad sin importar si vamos a 150 o 350 Km/h. GRID Legends apunta a que la pases bien cuando estás al volante y lo consigue sobradamente.
De historia y otras yerbas
La novedad principal con respecto a GRID (2019) es la inclusión de un modo historia enmarcado en un documental que acompaña las vicisitudes de un equipo de competencia automotor, obviamente inspirado en Drive to Survive, la serie de Netflix sobre Fórmula 1. Lo llamativo es que en esta ocasión los dramas son un poco menos virtuales ya que los que aparecen en cámara son actores de carne y hueso. Es un poco extraño al principio, y el guión no es particularmente interesante, pero si es un golpe de efecto que permite diferenciar este título de otros. Este modo también sirve para darle un hilo conductor a las carreras y para que no nos parezca tan raro saltar de una carrera en monoplazas a otra en camiones; por lo menos en el mundo de GRID, esta heterogeneidad es la norma. En definitiva, no es nada revolucionario pero suma.
El otro modo saliente es el de carrera, bastante tradicional. Vamos completando eventos variados, juntando experiencia y así desbloqueamos autos nuevos y más eventos.
Gráficos y sonidos
El apartado gráfico es muy bueno, sobretodo porque casi no hay tironeos y nos mantenemos en unos comodísimos 60fps en todo momento. Los modelos de los coches se ven un poco “de juguete” a mis ojos, pero las pistas reales parecieran ser sumamente fidedignas y las creadas por Codemasters siempre tienen por lo menos un ambiente memorable. Se nota que en todo momento los desarrolladores se preocuparon más por el estilo que por el realismo. Puede gustar o no esta decisión de diseño, pero está bien llevada a cabo.
Los sonidos de motores siguen esta línea, suenan a como uno se imagina que debe sonar el auto que estemos manejando sin necesariamente respetar el ronroneo que producen en la vida real.
Vuelta de honor
Quizás el principal problema del GRID Legends es que hace todo relativamente bien pero no sobresale en ningún punto en particular, sobre todo cuando nos damos cuenta que no trae muchas novedades con respecto al título lanzado en el 2019 (un par de pistas y algunos autos nuevos; el modo historia). De todas formas de ninguna manera es un título mediocre, y para el jugador correcto, o sea alguien que quiera horas de entretenimiento relajado, puede ser una fuente de grandes momentos frente a la TV.
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