Grow: Song of the Evertree es un híbrido perfecto entre Stardew Valley y Animal Crossing, donde tendremos lo mejor de ambos mundos. Desarrollado por Prideful Sloth y publicado por 505 Games, nos sumergiremos a una aventura tan adorable como entretenida y adictiva.
Grow: Song of the Evertree se encuentra disponible para PC, PS4, Xbox One y Nintendo Switch.
El árbol de la plaza del barrio viejo no crece más
Stardew Valley y Animal Crossing son los juegos de simulación por excelencia. Mientras el primero es más bien un simulador de granja, el segundo se enfoca en ser un simulador de vida. Si ambos, por cuestiones bizarras de la vida, tuviesen un hijo, el mismo sería Grow: Song of the Evertree, aunque, en esta ocasión, no heredamos la granja de nuestro abuelo ni nos mudamos a una caricaturesca aldea.



En este título, en cambio, somos, básicamente, la última esperanza. Evertree, el árbol milenario que mantenía todo en armonía y creaba nuevos mundos, comenzó a marchitarse. La canción que la mantenía con vida dejó de escucharse. Como el último alquimista de Everheart que queda, debemos ponernos todas las tareas habidas y por haber al hombro y regresar a la vida a la antigua planta.
Si bien su narrativa es algo simplista –vamos, el recurso de ser la última esperanza para salvar un mundo “corrupto” se vio incontables veces–, logra tener ciertos destellos que destacan por encima de historia similares. La forma en la que está contada nos hace sentir que estamos dentro de un cuento infantil, con el agregado de que podemos transitar por ese mundo.



Como dato de color, quiero destacar que el juego nos permite personalizar a nuestro antojo al protagonista. Y cuando digo “a nuestro antojo” me refiero a que también nos deja modificar algo tan básico como la forma del cuerpo. Es decir, podemos hacer que no sea alguien que pesa 40 kilos mojado.
Granjero, alquimista, arquitecto y alcalde, ¿Qué más?
Nuestro primer trabajo en Grow consiste en pasarnos gran parte del día limpiando los jardines que brotan de las ramas del árbol. Durante estas secciones de jardinería debemos arrancar las malas hiervas, cortar el pasto, eliminar los escombros, plantar semillas y regar. Es un trabajo en tanto tedioso, ya que conlleva bastante tiempo, pero el hecho de que día a día el mundo comience a crecer y darnos nuevos contenidos (como cuevas para recorrer) aligera un tanto la experiencia reiterativa.



Como mencioné previamente, somo los últimos alquimistas de la zona. Nuestros conocimientos en esta materia nos permitirán crear nuevos mundos. Para esto debemos extraer la esencia de las plantas que hayamos recolectado. Una vez que tengamos las esencias debemos mezclarlas a nuestro antojo, lo que finalmente nos dará una semilla que podremos plantar para desbloquear una nueva rama del árbol. Ahora debemos repetir los pasos mencionados en el párrafo anterior.



Nuestro trabajo en Grow no consiste sólo en cuidar de los jardines que vayamos reconstruyendo, sino que además debemos preocuparnos por gestionar el pueblo. Nuevos ciudadanos llegan día a día y es nuestro deber reclutarlos para que se muden a este lugar y conseguirles un trabajo. Además, estos personajes nos darán misiones secundarias para hacer, como conseguirles un bigote o un pantalón. En la aldea también debemos hacernos cargo de la construcción de las casas y los comercios.



Como pueden ver (leer), son diversas las actividades que tenemos por delante. La variedad de elementos por hacer hace que Grow no se torne un juego reiterativo y por ende aburrido. Cada día hay una nueva actividad de la que ocuparnos. De hecho, llevaremos con nosotros una agenda con objetivos cumplir. A medidas que vayamos cumpliendo dichas tareas desbloquearemos nuevo contenido, que puede ser algo meramente estético o una mejora significativa, como un mejor alcance para nuestra regadera.
Hasta los insectos resultan adorables
¿Se imaginan un mundo en el que los insectos sean tan adorables que no nos produzcan escalofríos con sólo verlos? Parece imposible, pero es la clase de mundo al que nos sumerge Grow. Con una paleta de colores radiante y vibrante y un trazado que todo lo convierte a un tono caricaturesco, hasta esos bichos por los cuales gritaríamos y/o saldríamos corriendo en la vida real con solo tenerlos cerca parecen amigables acá.



El apartado gráfico del juego es completamente adorable por donde se lo mire. Todo, absolutamente todo, resulta agradable a la vida, demostrando, una vez más, que Grow es un título para relajarse durante horas y horas, sin una amenaza que nos tensione de alguna manera.
Un recurso poco explotado para cumplir un rol fundamental
En la historia principal, la música cumple un rol fundamental, algo que, desgraciadamente, no se ve reflejado en el apartado sonoro. No se ahonda demasiado en “la canción” y la importancia que tiene en el desarrollo de nuevos mundos. La banda sonora general, en cambio, logra encajar perfecto con el espíritu del juego, pero también presenta un problema: carece de variedad. Las mismas pistas se reproducen una y otra y otra vez.



Requisitos del Sistema
MÍNIMO: SO: Windows 7 – Procesador: Intel Core i5-2300 or AMD FX-4350 – Memoria: 4 GB de RAM – Gráficos: NVIDIA GeForce GTS 450, 1 GB or AMD Radeon R7 240, 1 GB – DirectX: Versión 11 – Almacenamiento: 4 GB de espacio disponible – Tarjeta de sonido: DirectX compatible – Notas adicionales: Windows 10 requires 6 GB RAM
RECOMENDADO: SO: Windows 10 – Procesador: Intel Core i7-7700K or AMD Ryzen 5 3600X – Memoria: 8 GB de RAM – Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 760, 2 GB or AMD Radeon HD 7870, 2 GB – DirectX: Versión 11 – Almacenamiento: 4 GB de espacio disponible – Tarjeta de sonido: DirectX cpmpatible


