¿Para qué &%$#! existen los rankings?

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En el día que estoy escribiendo esta columna de opinión me encuentro que en la página de IGN en un margen de menos de tres horas publicaron TRES tops. TRES. Top 25 de animes de todos los tiempos, top 10 videojuegos de Pokemon, Top 25 títulos de Game Boy Advance (¿??).

Es un montón.

Es demasiado.

¿O no?

Aquí top 5 de razones por las cuales los medios de comunicación hacen tops.

NÚMERO 5

Es una nota facilísima de escribir (entendiendo que es un medio escrito). Si tenes un pool de redactores disponibles es tan sencillo como decirles que voten sus títulos y después sumar los votos. Tras eso se copia un tramo de la reseña original (o de la conclusión). Clink caja. Contenido rapidísimo que puede ser asistido por una planilla de Excel, siempre y cuando el editor sepa cómo usar Excel. A veces no saben.

NÚMERO 4

Revitaliza contenido anterior. Esto, en tiempos de métricas y SEO es de gran relevancia. Un top 25 de videojuegos por ejemplo, reactiva artículos anteriores si es bien manipulado manejado por la edición para que se mantenga en nombres que la página o medio haya reseñado u opinado en el pasado. Generar actividad y movimiento (y compartidos) de notas que están archivadas sirve a muchos propósitos.

NÚMERO 3

Como por ejemplo, generar NUEVO contenido de acuerdo a ese VIEJO contenido. Usando el ejemplo del TOP 25. Gana uno de los de siempre, por ejemplo, Legend of Zelda: Ocarina of Time. El grupo de lectores de tu página o revive la gloria del pasado, o lo descubre (si son tan hijos de puta como para ser menores de 20 años), de repente, los redactores del medio tienen margen para escribir, opinar o streamear sobre un videojuego que tiene 25 años. No solo eso. Pueden hablar sobre el resto de los videojuegos de la saga. Hacer tops dentro de tops. Se regenera contenido que es lo que hay que crear. El santo Grial de esta jodita.

NÚMERO 2

Los tops, casi siempre, son artículos colaborativos. Ponen a un grupo de gente a trabajar con el mismo objetivo. Los medios de comunicación, desde el mas pequeño hasta el mas grande, no suelen –no en esta época donde el freelancing es ley- prodigarse en la colectividad. Cuando surge hacer un ranking, muchas manos aparecen amasando el mismo pan sacro.

Que quiero decir con esto: que son muchas personas las que van a estar entusiasmadas por compartir y viralizar el esfuerzo. Es realmente raro en este gremio que se aplauda o se comparta el laburo de un colega. No debería serlo. Para escribir (o para SABER escribir) hay que leer (o saber leer). Los redactores tenemos la obligación de leer mucho por varias razones entre las cuales se encuentran: entender el lenguaje del medio; saber qué está en boga (o que es medianamente popular); mejorar mediante la comparación, e incluso aprender o descubrir algún vestigio de conocimiento del cual no estábamos al tanto.

Los esfuerzos colaborativos sacan a los redactores de la competencia. Y si, la competencia interna es a menudo mas grande que la externa. Que tragedia.

NÚMERO 1

Legend of Zelda: Breath of the Wild. Smiley de payasito.

La razón principal por la cual cada medio de comunicación que se aboca a un hobby hace cada tanto rankings es muy sencilla: nada se viraliza tanto como la controversia. Y nada genera tanta polémica dentro de su fandom como decidir unilateralmente que la Obra de Arte / Producto X es mejor que la Obra de Arte / Producto Y. No importa que los resultados surjan de una encuesta. No importa que el Top 3 o 5 sea aclamado. Nunca el lector va a estar 100% de acuerdo y siempre o casi va a querer expresarlo en sus redes sociales compartiendo el Top para que sus seguidores se indignen a la par.

Lo cierto es que los rankings no sirven como artículo en sí. Primero porque son materia de opinión más allá de coincidir en puntos clave objetivos técnicos. Segundo porque cada día salen 1000 videojuegos nuevos para las múltiples plataformas. El recorte que se hace para el top es tan microscópico que no tiene chance de ser justo. ¿Cuánto juega el factor nostalgia? ¿Cuánto opera el factor hype? ¿Qué alcance tiene en el elector su pasión por otros hobbies como el cine?.

El lector nunca va a estar 100% de acuerdo porque sus inquietudes son distintas a las de los colaboradores que trabajaron en el ranking. O sus gustos. O el alcance de su economía. En Argentina, la Nintendo 64 no fue la consola mas vendida porque era cara y sus videojuegos también. Tuvieron que pasar muchos años para que en este país se pudiera considerar a alguno de sus títulos emblema en un Top. Antes de eso, de aparecer, habrían sido ampliamente desacreditados y con razón. No porqué, por ejemplo, Legend of Zelda: Ocarina of Time no fuera uno de los mejores videojuegos de la historia. Sino porque un porcentaje muy menor había podido probarlo en tiempo y forma.

Uno de mis primeros artículos para Bitwares, La Cuestión con el Super Mario 3 habla exactamente de esto. De que aquello que valoramos (e incluso ponemos en el pedestal) es aquello a lo que tenemos acceso. Se puede replicar en cualquier ámbito.

Con la cantidad de videojuegos que hay hoy día, ¿tenemos forma de saber si no hay títulos mejores que los que rankeamos constantemente?

¿Quieren ejemplos? Tuvo que existir una cuarentena espeluznante para que descubramos el “Among Us”. Había salido dos años antes. Dos. No diez. Dos.

Los tops, por las razones que enumeré, no van a dejar de existir. Tienen su función en el calendario de los medios y a todos nos divierten. Desde ambos lados del mostrador. Pero no te ofusques. No tiene sentido.



Gamer de muchos años. Creador de la comunidad Old Gamers. Redactor.


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