Las empresas francesas Black Sheep Studio (Megalopolis) y Big Ben games (WRC 7) se adentran en el terreno de videojuegos de deporte para traernos Spike Volleyball, un juego de volley difícil de manejar pero prácticamente único en su terreno.
El desafío de ciertos deportes en los videojuegos
Cuando pensamos en juegos de deportes lo que nos viene a la mente son de fútbol o basquet. Le siguen pero en menor medida y popularidad los de tennis, fútbol americano, hockey y béisbol (siendo estos los más populares en Estados Unidos). Fuera de eso no hay grandes estudios que se encarguen de las demás actividades.
Hablando de volley, los últimos años no han tenido referentes y lo único que se puede recordar son los Dead or Alive Xtreme. Que si vamos al caso, apostaban más por las curvas de sus personajes y los mini juegos que el deporte en si.
Entonces Spike Volleyball se pone en un lugar único eso hay que decirlo. Pero ¿por qué nadie hace un videojuego sobre volley? La jugabilidad puede ser un gran fallo
Varios comándos con poca sintonía
Mientras que los amantes de este deporte no tardarán en encontrar las jugadas indicadas para ganar los partidos aquellos principiantes se verán en problemas.
Spike Volleyball se lanzó tanto en PS4, Xbox One y PC (en esta última es imprescindible jugar con un jostick). Los comandos son complicados. No solo la cantidad de botones para defender o atacar en un partido sino la sincronización para ejercer cada movimiento.
Una vez que le tomamos la mano al partido hay momentos que dependen de nuestra destreza y otros que son más al azar.
El juego cuenta con un modo local y otro multiplayer. Dentro de cada uno podremos formar parte de las selecciones masculinas o femeninas de cada país. Hay pequeños retos que varían todas las semanas impuestos por los creadores que suman puntos.
En ambos modos hay opciones para amistosos o torneos de competencia. Podremos contratar agentes que cazan talentos e imponen un aspecto más técnico al juego pero no aportan mucho más. Cabe aclarar que no hay ninguna licencia y no veremos ningun jugador real en los equipos.
Hay solo dos cámaras disponibles, la más cómoda la trasera para tener a nuestro equipo adelante y a espaldas nuestro. Y una lateral, que pierde toda la acción y que dificulta mucho para entender la dinámica del partido.
Las jugadas tienen repeticiones que podemos adelantar o penosamente observar cuando la física del juego entra en conflicto y vemos jugadores mirando para otro lado que no es el de la cancha o que ni siquiera tocan la pelota cuando atacan o bloquean un tiro.
Gráficos de otra década
Aunque los juegos de deporte avanzan de una manera más lenta que otros géneros, las físicas de los movimientos tienen mucho que ver cuando analizamos su apartado visual.
Como ya mencionamos el Spike Volleyball no se destaca por su jugabilidad y si a esto le sumamos que tenemos modelados gráficos de hace veinte años no estamos ante un producto muy recomendable. Los jugadores lucen todos igual y con expresiones que no se notan. Hay una variedad de canchas pero salvo por los colores, las mismas no impactan en el juego.
El sonido es un punto a favor, los golpes y movimientos son muy realistas y coinciden con lo que siente un espectador frente a un partido de volley.
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