Another Code: Recollection Review – Todo está guardado en la memoria

Un poco de historia: Originalmente lanzado en la DS en 2005 y conocido como Trace Memory en América, Another Code: Two Memories fue un juego de misterio y puzzles desarrollado por Cing, quienes más tarde la pegarían definitivamente en el género con la serie Hotel Dusk.

Another Code: Recollection esta disponible para Nintendo Switch.

La aventura nos presentaba a Ashley Mizuki Robins, quien en el día antes de su cumpleaños 14 recibe una carta de su padre Richard, a quien no ve desde la muerte de su madre cuando Ashley tenía tres años, mientras ambos padres trabajaban juntos en una investigación secreta. Esta carta contiene una invitación a la isla Blood Edward, donde Richard quiere ver a su hija en persona para explicarle las razones de su ausencia, además de qué sucedió realmente con su madre. También nos regala un extraño dispositivo llamado DAS, que solo se activa con el material genético de Ashley y que nos servirá para ir resolviendo el misterio.

Si bien no fue un éxito masivo, su popularidad de culto fue suficiente para recibir una secuela en la Wii cuatro años más tarde, llamada Another Code R: A Journey Into Lost Memories. Su historia transcurría dos años después del juego original y veía a Ashley visitar Lago Juliet, una comunidad turística con conexiones a su pasado y su madre. Es difícil ahondar mucho más en las historias de ambos en esta nota con la cantidad de revelaciones que nos tira por la cabeza a cada momento (y es la misma razón por la cual las imágenes en esta nota solo van a ser de las primeras horas de cada uno).

En grandes rasgos, Another Code: Recollection me pareció una experiencia bastante chill que me tomó unas 16 horas haciendo básicamente todo.

El gameplay es bastante sencillo y prácticamente idéntico en ambos juegos, con el único agregado de que el segundo tiene bastantes más personajes y por ende más diálogo. Puedo decir que disfruté un poco más la progresión estilo sala de escape del primero contra la experiencia más sobre rieles del segundo, donde sentía que estaba constantemente siendo empujado hacia el próximo objetivo a pesar de transcurrir en un área más grande. También es extraño cómo a medida que avanzan los juegos la cantidad de puzzles va bajando en vez de aumentar. Sé que algunos de los puzzles en Two Memories fueron reemplazados por nuevas versiones ya que los originales dependían de las dos pantallas de la DS, pero otros directamente fueron removidos por completo. Journey Into Lost Memories particularmente se siente casi como una visual novel por secciones largas, en las cuales caminar cinco pasos va a triggerear la próxima cinemática y caminar cinco en la otra dirección nos va a decir que demos la vuelta.

Otro nitpick chiquito: Cada personaje que conocemos a lo largo de las historias nos queda registrado en un árbol donde podemos ver información sobre ellos y cómo se relaciona con el resto del cast. Sin embargo, cada vez que se actualiza una entrada simplemente reemplaza a la anterior, sin posibilidad de ver las versiones pasadas. Es bastante raro que hayan omitido la opción.

Nota aparte: le deseo todo el mal a quien haya diseñado los puzzles que requieren tiltear el control para controlar el movimiento de un objeto. Tanto con los joycons como con el Pro Controller me hicieron arrancarme los pelos hasta que finalmente decidí usar la Switch en portátil y se volvieron automáticamente un trámite. Al menos me sirvió para ver lo lindo que se ve el juego en este modo. Prácticamente no hay diferencia de gráficos entre dockeado y portátil, con los modelos manteniendo todo el detalle y cero aliasing.

Por supuesto a esto se le suma que ahora ambos juegos comparten una identidad visual, mientras que eran muy diferentes entre sí en sus versiones originales. La cámara en ambos ahora sigue a Ashley en tercera persona desde atrás, como uno esperaría de un juego moderno. Los personajes tienen voces durante la mayor parte del diálogo también. Las conversaciones en formato comic del original además fueron reemplazadas por animaciones usando los modelos in-game de los personajes, que recibieron un nivel de cuidado increíble.

No tan cuidados están el resto de los gráficos, que apenas zafan, sobre todo en los exteriores. Texturas de baja calidad y pasto inexistente por doquier (especialmente notable en el segundo juego). Con lo pequeña que es cada área realmente es raro ver en 2024 una textura verde usada donde debería haber césped. Sabemos que juegos de mundo abierto como Zelda o Xenoblade han renderizado el pasto como debe ser, es un poco inentendible que acá no hayan podido. Por suerte en interiores la cosa cambia bastante, especialmente en la mansión Edward que tiene unas vibras inmaculadas, como dicen los jóvenes. El juego incluye audio dual en inglés y en japonés y las actuaciones están más que bien en ambas versiones.

Habiendo dicho esto, Another Code: Recollection es una de las remakes más extrañas que haya visto, estructuralmente hablando. Nintendo decidió que ambos juegos forman una sola narrativa, solo dándonos la opción de jugarlos uno detrás de otro y no de forma independiente. Se siente un poco raro considerando la diferencia de tono entre ambos, con el primero casi siendo un survival horror light comparado con el tono más optimista y colorido del segundo. A falta de un mejor ejemplo, se sintió casi como si lo que originalmente eran dos películas se hubieran convertido en una miniserie en la remake. Una vez terminamos con la historia de Two Memories se nos arroja inmediatamente a Journey Into Lost Memories como cualquier otra transición de capítulo en el juego. Ni siquiera al terminarlos nos permite rejugarlos en cualquier orden.

Recollection es, a fines prácticos, un solo juego, y es así como quieren que lo experimentemos.

Sin haber jugado a los originales, me voy de Another Code: Recollection entendiendo cómo la serie se volvió un clásico de culto. Ashley es una gran protagonista que enseguida me cayó simpática, aunque más de una vez su inhabilidad de sumar 2+2 mentalmente me frustró al punto de querer gritarle a la pantalla. Sus historias tienen el grado justo de revelaciones y vueltas de tuerca antes de ponerse complicadas al pedo, y mentiría si dijera que sus momentos más emotivos no me hicieron moquear un poquito. Tal vez el precio de entrada por un juego de esta duración y la relativa simpleza de sus puzzles disuadan a algunos de darles una chance (justificadamente en mi opinión) pero para quienes lo hagan estoy seguro de que se quedarán con una experiencia más que memorable.