De-Exit – Eternal Matters Review: ¿Alcanza con sólo lo visual (y lo sonoro)?

DE-EXIT – Eternal Matters, desarrollado por el estudio español SandBloom Studio, es una aventura surrealista, con toques de acción, que nos invita a debatir sobre la vida y la muerta. Visual y sonoramente espectacular, pero con varias fallas en sus otros frentes.

DE-EXIT – Eternal Matters se encuentra disponible para PC, Nintendo Switch, PS4 y PS5 y Xbox One y Xbox Series X|S.

Una estructura clásica pero que sabe mantenerse a flote

DE-EXIT – Eternal Matters cuenta con una estructura del camino del héroe tan vieja como clásica. Si a los pocos minutos te da la sensación de ya saber para dónde se va a encaminar todo, es porque posiblemente tuviste contacto con más de 5 experiencias audiovisuales a lo largo de tu vida.

Pero, pese a no destacarse realmente sobre otros contenidos audiovisuales de triángulo héroe – mundo corrupto – salvación, De-Exit sabe sobrellevar su historia sin caer en el olvido a lo largo de la partida. El trasfondo se va descubriendo de a cuotas, con la información justa y necesaria, lo que ayuda a que la narrativa no sature ni tampoco caiga en el olvido.

El debate sobre la vida y la muerte, también explotado por demás, no es innovador ni mucho menos, pero añade una capa extra a una historia de por sí ya repleta de demasiados lugares conocidos. ¿Es perfecta? No, pero logra mantener el interés a flote.  

Mecánicas desdibujadas

De-Exit cuenta con varias aristas en su jugabilidad, pero es, antes que nada, una aventura.

Una aventura simple, con mecánicas fáciles y puzles sencillos que buscan evitar entorpecer el avance en la historia principal.

Su sencillez, a diferencia de lo que parece, hace que el título se repita a sí mismo constantemente. Ni siquiera las mecánicas que se añaden con el tiempo funcionan como una bocanada de aire fresco para que la experiencia se sienta más amena.

Pese a sus constantes esfuerzos, De-Exit no logra brindar una experiencia entretenida en su aspecto jugable. Constantemente da la sensación de que le hace falta algo más.

Para jugarlo en cuotas

De-Exit me hizo acordar mucho a la experiencia de jugar en Realidad Virtual. ¿Por qué? Porque el juego me generó múltiples veces mareos y náuseas. De hecho, me vi obligada a jugarlo en pequeñas cuotas porque el malestar que me generaba era tal que se me hacía imposible continuar con la partida.

Si bien el título cuenta con la posibilidad de desactivar el motion blur, no fue suficiente para que la sensación de malestar desaparezca; quizás bajo un poco su intensidad, pero no lo suficiente como para que pueda jugar un largo rato sin frenar.  

Una experiencia completamente inmersiva

El juego es completamente inmersivo tanto desde lo visual como desde lo sonoro. El título inmediatamente nos hace sentir parte de este mundo; verdaderos protagonistas de esta historia.

Visualmente, el juego cuenta con decenas de escenarios para deleitarnos constantemente. No se repite a sí mismo, si no que busca reinventarse a través de cada uno de sus capítulos. Logra, además, combinar una estética agradable con una tonalidad algo tétrica. Un mundo que despierta dos deseos contrapuestos: estar ahí y huir cuanto antes. Tonalidades que, al fin y al cabo, acompañan y remarcan el trasfondo de su historia y la dualidad entre la vida y la muerte.

Sonoramente, el título también logra generar las mismas sensaciones que desde el aspecto visual. La banda sonora no es simplemente correcta, sino que realmente está pensada para acompañar los diferentes escenarios por los que debemos transitar y, por ende, las diferentes emociones/sensaciones que se le presentan a nuestro protagonista.

Otro punto clave en este aspecto es la actuación de voz. Los tonos utilizados son por demás correctos, captando la esencia de cada personaje y acompañando (y realzando) el clima general del juego.  

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