Decarnation Review: el videojuego como medio narrativo

Desarrollado por Atelier QDB y publicado por East2West Games (Greater China), Decarnation se define como una aventura surreal, espeluznante y de ensueño, en donde la realidad y la fantasía se entremezclan, con una historia intensa y pesadillesca. Nada de esto es mentira, pero algunos puntos se prestan a un interesante análisis.

Decarnation está disponible en PC y Nintendo Switch.

Terminé este título en unas seis o siete horitas, y lo primero que me viene a la cabeza mientras pasan los créditos es: “esto hubiera sido increíble en una película o miniserie”.

Decarnation tiene los elementos para ser un juego hecho y derecho. No es como “A Memoir Blue” que se vende como juego y no es muy distinto que un slideshow de PowerPoint. Decarnation tiene suficiente gameplay para ser un jueguito, pero cuyo foco principal está en la historia que quiere contar. Hasta tal punto que el gameplay pasa a ser algo anecdótico, aunque siempre presente.

El año es 1990, el lugar es la ciudad de París, y nuestra protagonista, Gloria, es una bailarina de cabaret a la que le tocan vivir los peores días de su vida. Luego de posar desnuda para una escultura de un excéntrico artista, va junto con su novia a ver esa escultura al museo. Al entrar sola en la sala de exposición, encuentra a un hombre manoseando la estatua. Esto la incómoda enormemente y decide retirarse inmediatamente e irse, sin contarle a su novia lo que acaba de ver ni el motivo por el cuál necesita irse del museo. Esto genera aún más tensión en una relación ya evidentemente con problemas. 

En estos tempranos momentos, el juego empieza a representar de formas surreales el estado mental de Gloria, que como podrán imaginarse, no es el más estable.

Esto hace que no esté del todo claro qué está pasando o qué es parte de la realidad dentro de eso. La situación de Gloria no mejora, por supuesto, ya que el dueño del cabaret en donde trabaja quiere que deje de bailar para volverse instructora de baile para nuevas bailarinas. Si bien esto podría verse como una oportunidad de carrera, Gloria desea seguir bailando, pero no parece quedarle otra opción si sigue trabajando en ese lugar. Más tarde termina cortando con su novia y recibe una llamada misteriosa con una oferta laboral muy tentadora, que decide aceptar al no ver futuro como bailarina en donde ya trabajaba. La citan a un lugar recóndito en donde, de forma que el juego muestra como totalmente sobrenatural, es secuestrada para luego despertar en una celda.

LA FINA LÍNEA ENTRE REALIDADES

A pesar de ser un ligero spoiler, vale la pena aclarar que el anterior mencionado secuestro, es algo muy real dentro de la historia de Decarnation. Si bien la forma en la que Gloria es secuestrada que nos muestran es que un ojo se la traga desde el piso, la celda que habita es parte del mundo real. Esto no es evidente para todos de entrada, pero muy importante para el plot.

En esa celda y a poco de recuperar el conocimiento, se entera de que un enmascarado que se hace llamar “el Maestro” es el captor, su celda tiene cama, baño y bastantes comodidades, pero es una celda vigilada con cámaras. El Maestro tiene un asistente que sí da la cara, “Bob” (que quizás conozcamos de otro lado), que atiende a Gloria con algunas cosas como la comida (que es descrita como lujosa), pero claramente esconde más de lo que pensamos.

La mayor parte del juego pasa en esta celda, la mente y los sueños de Gloria. Estas realidades se van a ir entrelazando a medida que pasa el tiempo y avanza la historia. A veces toca vivir el día a día en esta vida de encierro, y a veces es un viaje lisérgico. A través de estas secuencias Gloria va a ir redescubriéndose y reconstruyéndose. Estas aventuras segmentadas en ambientes bizarros de ensueño a veces tienen minijuegos que suman algo más de gameplay que ir de punto A a punto B mientras leemos diálogo. Al ser nuestra protagonista una bailarina vamos a tener varias secuencias de juego de ritmo, pero la variedad no falta.

Cualquier atisbo de gameplay se vuelve anecdótico y poco relevante ante lo importante de este título: mostrarnos una historia.

¿Y CÓMO TE LA CUENTO?

Los videojuegos son arte. Esto no lo pongo en discusión. Me voy a las manos con cualquiera que piense lo contrario.

En el año de nuestro Señor 2023, con el estado del mundo y la industria no hay que ponerlo en duda, pero ni para clickbait.

Decarnation es, ante todo, un proyecto creativo y artístico. El verdadero mérito se ve reflejado en el apartado gráfico y musical, que es brillante. A mí personalmente no me cierran del todo las proporciones de los sprites de los personajes humanos, pero es cosa mía. Cada mapa y lugar que visitamos goza de un nivel de detalle altísimamente cuidado. Y la música acompaña de forma más que acorde cada momento, reflejando lo que siente Gloria y lo que va pasando. El OST por supuesto, es buenísimo.

La historia va hacía muchos lados, tocando temas de diversas sensibilidades que pueden incomodar a algunos espectadores. A mí me gustó, pero no encontré grandes sorpresas ni nada que no se haya hecho antes. Siento que le terminó faltando alguna sorpresa o vuelta de tuerca. Tampoco llega a ser tibio. El juego muestra algunas imágenes en el material promocional y trailers que da la sensación que va a ser algo más de terror, así como citar a Silent Hill como una de sus inspiraciones. La realidad es que no muestran mucho más que lo que se ve en el trailer en material terrorífico.

De esta forma, Decarnation usa el ejecutable del juego no como algo necesariamente lúdico, sino para hacernos experimentar una ficción. Alrededor de setenta personas trabajaron en este juego, que imagino que no tuvo un presupuesto barato tampoco, pero llevar esta historia a casi cualquier otro medio audiovisual o escrito, no hubiera sido lo mismo y hubiera sido muchísimo más costoso hacerlo bien.

Por eso, a pesar de que haya “poco juego” dentro de Decarnation, me parece muy importante la existencia de este tipo de experiencias y productos en el mercado. Porque, a pesar de que quizás no sea el medio ideal, sería muy difícil que pudieran existir de otra forma.