El estudio catalán Altered Matter lanzó este 18 de julio Etherborn: un puzzle tridimensional que nos podrá a prueba en cada nivel. El juego está disponible en la plataforma de Steam y también para Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One.
Los ciclos de la vida
Etherborn nos pone en la piel de un ser sin rostro, sin manos, sin pies; un ente casi traslúcido del que sólo podemos vislumbrar su interior. Una existencia sin voz que aparece como por arte de magia en un extraño mundo. Allí, una misteriosa voz se encargará de guiarnos a lo largo de nuestro camino. Esta especie de guía nos ayudará a comprender los motivos de nuestra existencia y los ciclos de ésta.
La ópera prima de Altered Matter parece indagar en una especie de cuestión filosófica sobre quiénes somos, porqué estamos acá, cuál es nuestro objetivo… Desgraciadamente, estas cuestiones quedan a mitad de camino. La voz en off brinda poco y nada de información (cuestión que, a favor, mantiene a uno más enganchado), pero, hacia el resultado final, deja con el típico sabor amargo de “más dudas que certezas”.
Todo es cuestión de perspectiva
Etherborn nos pone a prueba en un juego de puzle tridimensional que, por momentos, requerirá de nuestro mayor ingenio. Debemos atravesar cinco niveles –por suerte hay una eficaz progresión en la dificultad–, en los que debemos alterar el sentido de la gravedad para así recoger unas orbes de luz distribuidas por distintos puntos del mapa y que parecen imposibles de alcanzar.
Para poder avanzar debemos entender que en Etherborn todo es cuestión de perspectiva. Para cambiar la “posición” del mapa debemos caminar por unas paredes curvas. De otra manera, nos enfrentaremos a una caída libre que sólo nos llevará a la muerte. En ese aspecto, el juego cuenta con un sistema de puntos de control que hace que no se pierda el progreso.
Una vez finalizados los cinco niveles principales, se nos dará la posibilidad de realizar nuevamente el juego pero con un mayor grado de (las orbes de luz estarán distribuidas en puntos más complicados de conseguir).
* Para disfrutar al máximo de esta experiencia se recomienda jugar con un mando. En lo personal tuve que hacerlo con el teclado. Esto afectó en algunas ocasiones la perspectiva de la cámara, que muchas veces no me permitía visualizar de la mejor manera el entorno. Dejando ese punto de lado, una vez que se le “agarra la mano” al teclado, se puede disfrutar sin mayores inconvenientes.
El arte de lo minimalista
Etherborn nos sitúa en un mundo prácticamente minimalista en el que abundan los colores fuertes. El hecho de que sea casi escaso en detalles ayuda a que uno como jugador pueda observar de manera más eficaz el entorno. A medida que avancemos, el entorno contará con nuevos aspectos que incrementarán la dificultad de los desafíos.
El juego no sólo destaca por su apartado visual (y por lo anterior mencionado), sino que también lo hace desde lo melódico. Una música ambiental y tranquila nos acompañara durante todo el recorrido. El aspecto sonoro se adapta a cada situación y ayuda a que uno como jugador no pierda la cabeza ante la dificultad de los desafíos.