Sons of the forest Primeras Impresiones: verde que te quiero verde

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The Forest es uno de los grandes indies de los últimos años. Tal fue su popularidad, que Endnight Games Ltd decidió apostar por una suerte de hijo de aquella ópera prima: Sons of the forest. Una prueba más de que a veces atrasar estrenos no es tan mala idea.

Sons of the Forest se encuentra disponible para PC en acceso anticipado.

No hay dudas de que The Forest es uno de los grandes indies de los últimos años. Su historia, su jugabilidad –y porqué no, sus gráficos– hicieron que los amantes de los survivals se enamoraran de él inmediatamente. Tal fue (y continúa siendo) el éxito de aquel aclamado título del 2018 que su equipo de desarrollo, Endnight Games Ltd, decidió volver a exprimir un poco más dicha experiencia.

En lo personal, disfruté mucho de aquella “opera prima”, por lo que cuando se anunció un nuevo título puse un grito en el cielo. Pocas semanas antes del lanzamiento de Sons of the forest ocurrió algo que me hizo hacer una mueca de preocupación: el juego iba a salir en Early Access.

No tengo nada personal en contra de los juegos en acceso anticipado, pero la experiencia que tuve con varios de ellos (muchos pueden encontrar en esta página) hicieron que mire a los mismos con cierta idea. Juegos repletos de bug, completamente rotos, sin absolutamente nada de contenido y demás.

¿Y qué pasa en ese sentido con Sons…?

Desgraciadamente, la experiencia de Sons…, hasta el momento, me dejó con un gusto agridulce en la boca. Con una placa GTX 3070, un procesador i5 11600K y 32GB de RAM, el juego crasheó decenas de veces (sin exagerar). En ningún momento pude jugar más de 5 minutos sin que el mismo terminara colapsando. En otra vereda, probé el título en una PC que cuenta con una placa RX 580 series 8GB, un procesador AMD Rayzen 5 1600 six-core y 16GB de RAM (claramente inferior a la anterior mencionada) y el juego corrió sin mayores inconvenientes.

Teniendo en cuenta los componentes de la primera computadora (aclaro, por si las dudas, que probé poner todo al mínimo), la performance me resulta bochornosa. Una cosa es que el título, en su etapa Early carezca de un poco de contenido o tenga algún que otro bug, otra cosa es que directamente no se pueda jugar por su mala optimización.

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La jugabilidad en sí, hasta el momento, no dista mucho de lo que se nos ofreció en The Forest. La realidad es que el título del 2018 es muy sólido en ese sentido, así que no tendría sentido meter mucha mano en esa parte. La base es exactamente igual a su antecesor. La ambientación también lo es. Tal es el calco que, para muchas personas, el nuevo título puede carecer de falta de originalidad.

Entiendo que no hayan querido modificar una estructura ya bien afianzada, pero también entiendo los comentarios respecto a la falta de innovación.

Al fin y al cabo, ¿para qué lanzarme por este producto inacabado si puedo repetir casi la misma experiencia, pero con sus bases sólidas?

Un (lindo) lavado de cara

Donde Sons… sí logra resaltar por encima de su “padre”, es en su apartado gráfico. El salto en la calidad se puede apreciar a primera vista. Aunque, también hay que tener en cuenta –y no es menor–, que The Forest salió en 2018. Puede parecer poco tiempo, pero 5 años en lo que respecta a tecnología es muchísimo.

Si bien no está a la altura de un AAA, la realidad es que tampoco tiene tanto que envidiarle a los mismos. Obvio que los detalles no están tan afianzados, pero para ser un título indie tiene una base que está muy por encima del promedio en este sentido.

Conclusión

Sons… todavía tiene mucho camino por recorrer. Como, desgraciadamente, suele ocurrir con títulos en Early Access, aún se encuentra bastante verde. Habrá que esperar hasta mediados de año (fecha en la que se comprometieron para su lanzamiento final) para ver si logra estar por encima de su antecesor o refuerza la frase cliché de “las segundas partes nunca son buenas”.



Periodista. Amante del cine y de los videojuegos. Siempre del lado Riquelme de la vida. Podra ver los captulos de Friends en un bucle infinito y no aburrirme nunca.


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