El estudio polaco Rock Square Thunder lanzó The Lightbringer, un plataformero repleto de puzles que cuenta además con algunos elementos de combate. ¿Es uno más del montón, que cae en todos los clichés del género, o, por el contrario, logra sobresalir por encima del resto? A continuación te contamos más sobre este nuevo título indie.
The Lightbringer se encuentra disponible para PC y para Nintendo Switch.
De héroes, corrupciones y demás clichés
Hay una trama que se repite constantemente en los juegos, indiscriminadamente del género al que pertenezcan: salvar al mundo de una corrupción que amenaza con destruirlo todo. Es así que The Lightbringer nos traslada a uno de estos mundos tan bellos y originales. Nuestra tarea como portadores de luz es, precisamente, derrotar a esta tenebrosa entidad y liberar, de una vez por todas, a los Monolitos.

Nuestra hermana, quien previamente intentó salvar al mundo sin éxito alguno, será nuestra guía en esta aventura. Dato de color: todos los datos que nos da lo hace en forma de rima. Además de su información, podemos encontrar más datos sobre este mundo a través de unas campanas que se encuentran distribuidas a lo largo y ancho de cada mapa.
Dejando de lado el lugar común presente en su historia, hay otros clichés en los que el título no duda en caer. No puedo ahondar mucho en ellos porque sería entrar en spoilers, pero con tan solo jugar unas partidas se hará obvio de lo que estoy hablando. Ese cliché en cuestión, devenido en plot twits, es un elemento narrativo que termina hundiendo más y más una trama que hacía agua por donde se la mire.

Tradición bien hecha mata a innovación
The Lightbringer lejos está lejos de ser una experiencia única e irrepetible. Si buscas un plataformero distinto e innovador, lamento decirte que este título no es para vos. En cambio, si tan solo buscas unas horas de diversión: ven y subite a este barco.
Este título es, en resumidas cuentas, un plataformero 3D que cuenta con múltiples puzles y elementos de combate. La experiencia se divide en cuatro capítulos, cada uno de ellos –a excepción del último– compuesto por cinco niveles. En cada último nivel se deberá hacerle frente a un boss.

El juego además nos da la extraña opción de no terminar cada nivel para pasar al siguiente. Es decir, te hartaste de perder una y otra vez en un nivel o simplemente no querés hacerlo: no hay problema, pasa al siguiente, aquí no ha pasado nada.
Donde The Lightbringer logra diferenciarse del resto de sus compañeros (?) es en el diseño de sus niveles. Cada mapa es, sencillamente, perfecto. Dejando de lado los elementos más tradicionales (bloques que se desmoronan al pasar, que se hunden en el agua, arenas movedizas que ralentizan, hielos que hacen patinar, etc.), el corazón del título está en la exploración del (sub)mundo de cada mapa.

Para ello contamos con una vista isométrica que nos permite analizar el mapa en busca de la decena de objetos ocultos, principalmente de las gemas rojas y las pociones de vida (elementales ya bastante avanzados). Otro elemento fundamental son las llaves, ocultas principalmente dentro de peligrosas mazmorras atestadas de monstruos.
Los siempre confiables tonos pasteles
Nadie puede resistirse a las tonalidades pasteles. Nadie. Sí, vos tampoco. The Lightbringer nos sumerge en un mundo colorido –predominante en tonos pasteles–. Una atmósfera que resulta hermosa a la vista. Un mundo con no solo una paleta de colores delicadas, sino también con un trazado suave en sus personajes y escenarios.

No solos los detalles de cada lugar se encuentran más que bien logrados, sino que la variedad de escenarios también se hace presente. De esta manera, si bien cada mundo mantiene la estética general del juego, se van agregando nuevos elementos que los distinguen del otro y aportan un dinamismo extra a la experiencia.
Reiterativa, ignorable y olvidable
La banda sonora de The Lightbringer no logra destacar casi en ningún momento. Si bien al principio logra sonar entretenida y acompañarnos, con el correr del tiempo se vuelve reiterativa, ignorable y completamente olvidable. Eso sí, son interesantes (y están bien logrados) los cambios de sonido que se hacen dentro de un mismo mapa (como por ejemplo cuando entramos a una mazmorra).

Requisitos del Sistema
MÍNIMO: SO: Windows 10 64-bit – Procesador: Intel Core i7-2630QM 2.00GHz – Memoria: 4 GB de RAM – Gráficos: NVIDIA GeForce GT 540M – DirectX: Versión 11 – Red: Conexión de banda ancha a Internet – Almacenamiento: 2 GB de espacio disponible
RECOMENDADO: SO: Windows 10 64-bit – Procesador: Intel® Core™ i7-4510U Processor 3.10GHz – Memoria: 8 GB de RAM
Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 850M – DirectX: Versión 12 – Red: Conexión de banda ancha a Internet – Almacenamiento: 2 GB de espacio disponible