Hogwarts Legacy: Jugarlo o no

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Resolvamos esta cuestión de manera veloz y sin ambages: SI. Si querés hacerlo por la razón que quieras, mandale nomas.

No consumir algo porque el creador principal tiene visiones de mierda sobre algún tema requiere un análisis mas profundo que el que nos puede dar en 280 caracteres en Twitter algún desorientado que estaba terminando el CBC para la carrera de sociología.

Abro hilo (¿?).

Es primordial en esta cuestión hacer un poquito de extrapolación. Detestar a Rowling ya es canónico y justo. Ha dicho y hecho lo suficiente como para ganarse ese sentimiento tan oscuro. Sus posiciones transodiantes –que incluso han aparecido en alguna de sus novelas post Harry Potter– ya no requieren ninguna descripción. Quizá no sea tan importante que ella las tenga. Vivimos en democracias donde se valora la libertad de expresión y ese derecho contempla pensar mal y a la postre decir. De vuelta, no es de especial relevancia que JK Rowling sea transodiante. Tu papá o tu mamá puede que lo sean también y aún así cantaron en grupo “Muchaaaachos” en el Obelisco. Por supuesto que entre la Rouli y tus progenitores hay una distancia afectiva y de alcance, pero debería importarnos (mas) la que quizá podamos solucionar.

Lo que debemos determinar es que sucede cuando una persona de trascendencia global tiene posiciones espantosas sobre un tema. La sociedad o una porción de ella ha encontrado en “la cancelación” (en el barrio le decimos LA CANCE) una forma de expresar sus reclamos y esto es así porque seres como JK Rowling tienen un alcance masivo. Por su fama, cada palabra que elige escribir llega a centenas de millones que encima pertenecen a edades en formación de personalidad. Imagínense tener 11 años, leer Harry Potter embelesado y querer saber que dice su autora en Internet. Es muy sencillo para ese pre púber pensar que la persona que diseñó el objeto de su idolatría está expresando algo GENIAL. Llevamos esa situación a la enésima potencia y del día a la mañana tenemos una comunidad enorme y global de pibes que piensan horrible, lo expresan y probablemente incluso actúen en consecuencia. Convivimos con esto. Es un hecho. La comunidad TERF existe y es muy activa. Intuyo que con los niveles de debate que se estan manejando y la tensión de la cuerda, han logrado ganar mucho terreno.

Ahora, uno se pregunta, que tiene que ver esto con la saga de libros, las pelis, o sus videojuegos. En realidad, muy poco. Cuando las personas así merecen una cancelación es porque ya hicieron estragos a favor de su caja de ahorros. Cuando la sociedad se adelanta a la notoriedad y cancela de antemano terminan haciéndole un favor a estos seres. Los promueven. Los propagandean hacia otros que van a actuar en consecuencia y sumarse a esa comunidad masiva nombrada.

Hace unos meses, una escritora con opiniones TERF se quejó por la cancelación de un contrato con una editorial, acusando a la empresa de una suerte de “despido por posiciones ideológicas”, lo cual históricamente siempre nos pareció al menos erróneo y hasta esta determinado en la ley y en los convenios colectivos. En este caso sucedio que miles en las redes replicaron el asunto queriendo cancelar a la autora y lo único que lograron fue aportarle seguidores y nuevos contratos editoriales con empresas con menos tapujos. El resultado opuesto al deseado. Y sucedió mas, dada la situación de democracia liberal que nos rodea, hubo colegas en la vereda opuesta ideológica solidarizándose ante lo que reconocían como un avasallamiento de la libertad de expresión.

Ergo, no funciona. Porque no fue diseñado para que funcione tampoco. El escrache es posterior al dictamen.

Estos mecanismos que a muchos nos resultan extravagantes, polémicos y porque no decirlo, medio boludos, funcionan y operan de la misma manera casi siempre. Hay un germen de “apoliticismo” (que por supuesto no es tal) inculcado en un sector de la sociedad que se agarra a ese axioma de “no pienso como vos pero moriré peleando por tu derecho a decir lo que se te cante”.

¿Incluso cuando lo que quieren decir es un ataque a los derechos de una parte vulnerable de la sociedad?

Y es que esa es la cuestión. La libertad de expresión es eso pero también es su rechazo. Cuando alguien odia verbalmente porque –en principio y con excepciones- la Constitución lo avala, se puede ejercer una reacción porque el aval es en ese caso bastante universal.

Esa situación es un poco la única que no involucra un fusil o una jaula.

Y entonces llegamos al videojuego.

Hogwarts Legacy fue desarrollado por Avalanche Software, una subsidiaria con bastante historia (estuvieron en el desarrollo del Ultimate Mortal Kombat 3 por ejemplo) y mucho traspaso de manos hasta que los compró Warner Bros y los eligió para desarrollar un videojuego basado en el universo de Harry Potter.

Dadas las características bestiales del proyecto (un triple A open world que estuvo demorado varias veces), muchísimas personas estuvieron directa o indirectamente involucradas y las controversias surgieron. Y déjenme decirles, me interesan al mismo nivel que el hecho de que se basan en el universo creado por una persona transodiante.

Por lo pronto, saquemos a Rowling del medio. Ella nada tiene que ver con el desarrollo en sí. Va a recibir sus regalías por supuesto pero consumir o no él videojuego no debería estar atravesado por ella. No jugarlo porque el mundo lo inventó JK tiene tanto sentido como no jugarlo porque la IP es de Warner Bros que es una multinacional capitalista y explotadora, o porque el plot es una guerra contra los goblins que todos sabemos las críticas por antisemitismo o porque un lead designer publicó apoyo a los gamergaters. No cambiaría absolutamente nada mas que una brújula moral interna donde el norte es el sur. Nótese que digo JUGAR. No digo “comprar”. Porque la intersección entre la unidad persona y el capitalismo se encuentra en todos lados, pero la adquisición o compra es su manera más orgánica y básica. Dado que la palabra de Rowling tiene mas llegada, tiene sentido la crítica a ella y la movida para desalentar la financiación de su obra. ¿Pero su consumo? ¿Encima cuando ella no participó creativamente?

Lo que no suele ser vox populi entre los liberales es que todo consumo –dentro del sistema capitalista- es y va a ser problemático, que esto no significa que utilicemos el axioma para perdonarnos cualquier cosa pero preocuparse por el faro moral de unos privilegiados que no sufren de manera personal aquello por lo que se banderizan es un gasto de energía y tiempo. Debería utilizarse en lograr que el discurso de las Rowling del mundo no se prolifere y eso, una vez mas para los del fondo, EN LAS DEMOCRACIAS LIBERALES se soluciona no censurando el discurso, sino combatiéndolo con argumentos. Sería maravilloso encontrar que todo lo que nos gusta proviene de personas que piensan como uno, pero, a menudo sucede que no es así y que la vida real nos enfrenta a gente que piensa distinto (y feo) en todo aspecto de ella. De vuelta, sí, la Rowling piensa horrible y utópico sería que deje de ser así. Pero no tenemos a mano armas para modificarla a ella. A papá y mamá, al tío que hace chistes en el grupo de Whatsapp, es otro cantar.

Quien escribe esta nota prefiere otros medios para con la «intolerancia» y el odio del que discrimina a minorías vulnerables, pero me adapté a que personas con tatuajes de David Bowie y remeras de Marilyn Manson me traten de “avalista” por leer una novela de Orson Scott Card. Mea culpa, la saga de Ender es buenísima.

En el caso de los medios, el debate debería ser aún mas breve. Si bien es posible y necesario tomar una posición sobre los temas, el fin último de un medio de comunicación es informar y ser lo mas objetivo que se pueda en ese camino. No debería discutirse si reseñar o no un videojuego porque lo que se termina haciendo es un desprecio del que aprecia nuestro criterio lo suficiente como para decidir si gastar o no un dineral en lo que termina siendo un producto de consumo. Una vez mas, si no quieren financiar gente horrenda, el camino es PIRATEAR. Hay una ruta noble (tal vez tibia, pero nomble al fin) en hacer un comunicado al respecto sobre las posiciones ideológicas mientras se cumple el rol.

En cualquier caso, las distribuidoras de keys locales, tal vez temiendo un backlash bien ganado, han retrasado el envio del título; salvo a algunos medios muy reconocidos.

Las reglas son de un sistema que está roto y lo viven emparchando. En el ínterin nos queda debatir. Si nos dan espacio.



Gamer de muchos años. Creador de la comunidad Old Gamers. Redactor.


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