El estudio español Devilish Games presentó Path to Mnemosyne, un videojuego de puzzles que, a través de la técnica de zoom infinito, nos sumerge dentro de la mente de una niña para intentar rememorar parte de su pasado.
HISTORIA
El Path to Mnemosyne nos pondrá en la piel de una niña que viajará por su propia mente para intentar recuperar sus recuerdos. La joven avanzará por un camino de zoom infinito en dónde buscará respuestas a qué es lo que ocurrió. En el camino nos acompañarán dos voces en nuestro recorrido, una masculina y otra femenina, que nos ayudarán a recordar esto que hemos olvidado.
Si bien un principio la historia resulta atrapante -sobre todo por la intriga que genera a causa de la poca información disponible-, ésta va perdiendo su fuerza con el correr de los minutos. El final se da de una forma abrupta que deja con más incógnitas que otra cosa. No se brindan muchas explicaciones y las conclusiones quedan principalmente a merced de cada jugador.
Tampoco cuenta con la posibilidad de sidequest en la que nosotros podamos indagar más sobre qué es lo que le sucede a esta chica o algo en el entorno que nos ayude a comprenderla. Todo el tiempo esperamos que la historia nos de algo, pero lamentablemente ese algo nunca llega.
JUGABILIDAD
La jugabilidad es básica: deberemos ir resolviendo diferentes puzzles para avanzar de nivel. Para esto tendremos que realizar cosas como pulsar todos los botones del mismo color, agarrar ítems, recordar sonidos o patrones antes vistos, etc. Los mismos irán creciendo en cuanto a su dificultad a medida que avancemos más y más en la trama.
El juego está dividido en seis capítulos y cada uno incluye un puzzle final para poder abrir una puerta y avanzar hacia el siguiente nivel. Para esto se deben recoger todos los orbes disponibles. Para poder agarrar estas esferas azules previamente se debe resolver otra serie de acertijos. A diferencia de los puzzles que se presentan en el nivel en sí, para el de la puerta dejaremos de lado el teclado para utilizar el mouse.
Los puzzles del juego, tanto los que bloquean el camino como los de la puerta, no resultan de gran complejidad. Si bien en algunos momentos te podes quedar trabado, no es nada que no se pueda resolver volviendo a observar el alrededor y prestando un poco más de atención. Pese a que estos van incrementando su dificultad a medida que avanza la trama, terminan volviéndose algo repetitivos ya que se utiliza demasiado la misma mecánica.
GRÁFICOS
La estética posiblemente sea uno de los puntos más fuertes del Path to Mnemosyne. Con trazos bien marcados y una estética dónde predomina una variedad de grises, se genera un clima donde predominan sensaciones tales como el miedo, la angustia y el desconcierto; algo que conecta de lleno con el inconsciente de la protagonista y su incapacidad para recordar. El zoom infinito, perfectamente logrado, genera que nunca se sienta extraño el hecho de que siempre estemos yendo hacia adelante.
En cuanto a la ambientación sonora, el juego no cuenta con un soundtrack que acompañe la historia. Path to Mnemosyne tiene más bien un sonido de ambiente ocasional que termina resultando molesto a la larga. Cuenta con efectos como los latidos del corazón de la protagonista o una especie de zumbidos, pero no hay mucho más que eso. Esto lo vuelve algo lento, y para el momento de resolver los puzzles, desconcentra más de lo que ayuda.