River City Girls es el intento de Wayforward de popularizar la mítica saga japonesa Kunio-Kun en occidente, con una propuesta fresca en estilo y jugabilidad, es una cita obligada para los fanáticos de los beat ‘em up.
River City Girls esta disponible para PS4, Xbox One, PC y Switch.
La Historia
Kunio-Kun es una saga con enorme historia en Japón pero con poca representación en occidente. Nació con un beat ‘em up para Arcade y se popularizó con Downtown Nekketsu Monogatari (1989), que llegó a occidente como River City Ramson, un clásico de NES. El juego fue y es tan popular que tuvo varias remakes y remasterizaciones a lo largo de los años y es considerado uno de los mejores de su época. Una de las características principales fue la inclusión de ciertos elementos de RPG dentro de la fórmula beat ‘em up, con sistemas de compras de objetos y subida de nivel.
La saga continuó pisando fuerte en Japón con spin off, secuelas, una enorme cantidad de juegos deportivos y muchos remakes. Hace pocos años muchos de estos juegos llegaron a occidente en compilaciones, la más reciente fue lanzada en Nintendo Switch el año pasado, Kunio-kun: The World Classics Collection, con muy poca repercusión.
Como muchas otras sagas japonesas, Kunio-Kun es un gigante en la cultura asiática pero en occidente la mayoría de las personas ni siquiera conocen al personaje, quizás por la idiosincrasia tan distinta o quizás por un mala suerte.
Y quizás River City Girls puede cambiar esta historia, como mínimo, alguno esta leyendo esta reseña y conociendo a Kunio-Kun.
Llegaron las pibas
Desarrollado por Wayforward, estudio independiente conocido principalmente por la saga Shantae: Half-Genie y publicado por la mítica Arc System Works, profesionales en el arte de los juegos de pelea en 2D (Guilty Gear, Dragon Ball FighterZ) y dueños de la licencia de Kunio-Kun, River City Girls funciona como un punto de entrada para nuevos jugadores y una viaje de nostalgia y referencias para los viejos fanáticos.
La historia es un cambalache de todo el trasfondo de Kunio-Kun. Misako y Kyoko, las protagonistas del juego, son las novias de Kunio y Riki, los protagonistas de la saga original, y deben rescatar a sus novios que fueron secuestrados.
En el medio, se encontrarán con villanos clásicos y caras conocidas de la historia de Kunio-Kun. Aunque en los beat ‘em up la historia no es realmente muy importante, la atención al detalle es excelente y el humor y estilo de Wayforward está presente en cada línea de diálogo. Aun así, para los fanáticos viejos, las interacciones de los personajes y personalidades de algunos de ellos podrían no tener mucho sentido.
La historia se presenta en el mismo estilo que Shantae, con los modelos pixelart de los personajes en el mapa del juego y cajas de diálogo con hermosos Sprites dibujados a mano con estilo anime en cada interacción. A esto se le suma un impecable trabajo de voz que incluye algunos nombres moderadamente famosos, sumando también youtubers.
Aunque la historia no tenga mucho sentido y muchas veces parezca una conversación de amigos de la infancia que nos deja afuera, el humor, el estilo autorreferencial y la alta calidad de los actores de voz, hacen a la historia increíblemente satisfactoria, y eso sin hablar de las pequeñas escenas animadas estilo anime en la presentación de cada jefe del juego.
A las piñas
Pero lo importante es la jugabilidad y en este aspecto, River City Girls… cumple.
El apartado visual y sonoro del juego hacen al combate super entretenido, cada golpe tiene peso y cada movimiento especial parece realmente destructivo, pero en su núcleo, es un sistema simple y repetitivo.
El juego tiene dos momentos claros, recorrer los mapas para comprar objetos y cumplir misiones por un lado y matar a golpes a todo lo que se nos cruce por el otro. Las misiones dan cierto respiro al núcleo del juego, el combate, y van desde ir a un punto del mapa especifico o encontrar cierto objeto a pequeñas secciones de plataforma o eliminar ciertos enemigos en el mapa.
Recorrer los mapas no aburre pero no es nada del otro mundo. El juego se divide en 6 mundos y cada uno está lleno de pantallas. Cada pantalla es relativamente pequeña, poblada de referencias y de easter eggs y de vez en cuando tiene tiendas o paradas de colectivo que funcionan como viaje rápido.
En las tiendas podremos comprar objetos que se dividen en curativos y de equipo que mejoran ciertas habilidades, la trampa es que casi ningún objeto dice cual es su efecto y para saberlo deberemos comprarlo, cosa que muchas veces resulta en una pérdida de recursos y tiempo. También encontraremos un Dojo en el que podremos comprar movimientos para nuestro personaje.
Al principio tendremos el combo básico de 3 golpes y un ataque fuerte y a medida que subamos de nivel desbloquearemos nuevos movimientos, a veces de manera automática y otras para comprar en el dojo.
Los movimientos extra funcionan para variar el combate pero en realidad con el combo básico y el ataque fuerte se puede lidiar con prácticamente todos los enemigos. Lo mismo pasa con subir de nivel, luego de algunos niveles notaremos diferencia en nuestro personaje por los ataques extra, pero por muchos números que muestre la pantalla y lo mucho que nuestros stats muestran progreso, los enemigos tienen tanta vida (o también suben en dificultad) que a la larga, no hay diferencias notables.
Aun así, matar a trompadas a los enemigos no se vuelve nunca aburrido y siempre termina siendo igual de satisfactorio y desafiante. Para mayor variedad podremos reclutar al último enemigo de la pantalla si así lo deseamos, que funciona como un asistente (el juego incita a hacerlo porque cada tipo de enemigo se guarda en un registro como coleccionable) o utilizar distintos tipos de armas que podremos encontrar en cada pantalla.
Quizás el punto más flojo sean los jefes, que aunque tengan mecánicas únicas y sorpresivas, muchas veces dependen menos de la habilidad y más de la suerte. Los patrones son sencillos, pero ciertos elementos aleatorios y reacciones a nuestros ataques impredecibles pueden frustrar a más de uno, y eso hablando solo de la dificultad normal. Aún así, con un poco de paciencia, algo de buena suerte y algunos objetos curativos, ningún jefe presenta demasiados problemas sin dejar de ser desafiantes. Hay 6 jefes en total más uno secreto, cada uno con sus particularidades y cada uno cargado de personalidad.
¿Vale la pena?
En total, hablamos de un juego de unas 15 horas de duración, un poco más para quienes quieran completar ambas dificultades, probar cada personaje o jugarlo con un amigo -de a dos el juego es mucho más divertido como todo beat ‘em up-. Para los fanáticos del género es una propuesta moderna de un estilo clásico, con suficientes retoques para modernizar una fórmula creada para la máquinas arcade y con pocos exponentes actuales.
Aun así, sus mayores fortalezas no están en la jugabilidad o en la inventiva, sino en su narrativa, su humor y el sello de Wayrforward tan patente. Quienes conozcan Shantae encontrarán en River City Girls un juego que les saque el hambre por un rato más mientras esperan novedades de la medio-genio y quedarán más que satisfechos.
Quienes no disfruten del género o de la desarrolladora pueden encontrarse con un producto mediocre, frustrante o demasiado frenético y terminar la experiencia con gusto a poco. Decir que no es para todo el mundo es lo mismo que no decir nada, mejor decir que no está hecho para personas que quieran experimentar su primer beat ‘em up o su primer experiencia con Wayforward, hay mejores opciones en ambos casos.
En todo caso, el apartado visual y sonoro llaman la atención por sí mismo. Con un pixelart estilo 16 bits muy estilizado y una banda sonora que mezcla chiptune con canciones cantadas que van desde el rock y pop hasta el synthwave.
2 thoughts on “River City Girls: Lo que quieren las wachas”