Es la noche de Halloween, en el presente -bah, en 2004-, y Rayne está infiltrada en una fiesta siguiendo el rastro de un vampiro llamado Dariel Zerenski, miembro del Culto de Kagan. La voz de su compañero Severin le confirma al oído que Zerenski va a estar presente esa noche, y que tiene que darse prisa si quieren interceptarlo. De repente Rayne se detiene al ver un retrato colgado de una pared, y empieza a recordar.
Es 1939. Tras arruinar los planes de los nazis de invocar al demonio Beliar y robar sus poderes al final del juego anterior, Rayne regresa a la Brimstone Society solo para descubrirla destruída por su padre, Kagan, un vampiro que pasa su tiempo entre otras cosas engendrando montones de hijos mitad vampiro con mujeres humanas, para después matar a sus familias y criarlos como sus sirvientes. Tras una breve reunión padre-hija, regresamos al presente donde descubrimos que Rayne pasó los últimos setenta años recorriendo el mundo, cazando sistemáticamente a sus hermanos y hermanas, esperando el momento en que su padre vuelva a revelarse para acabar con su vida también. Zerenski es uno de estos medio hermanos, y el próximo objetivo.



BloodRayne 2 fue lanzado originalmente en 2004, solo dos años después del juego original, y al igual que aquel recibió un remaster de parte de Ziggurat Interactive, trabajando con parte de los desarrolladores originales de Terminal Reality. Decepcionado por la calidad del port de la primera entrega (cuya review pueden leer acá, si no lo hicieron ya), arranqué BloodRayne 2 ReVamped preparándome para lo peor.
Por suerte, mis temores fueron infundados. En su mayoría, al menos.
Versión reseñada: PlayStation 4
“Press X to Start” dice la primera pantalla del juego, así que hago caso y presiono X. Por una fracción de segundo aparece otra pantalla que dice “BloodRayne 2 Terminal Cut” -el nombre con el cual fue editada la versión de PC del remaster- antes de cambiar correctamente a los logos de Ziggurat y Terminal Reality. No estaría dejando la primera impresión más positiva que digamos.



Por suerte de ahí en más todo fue básicamente viento en popa, y me complace reportar que tanto la performance como el trabajo de remasterización de 2 ReVamped están un buen escalón por encima de la entrega anterior. No está libre de glitches lamentablemente, pero al menos los freezes y crashes que estuvieron tan cerca de arruinarme aquel juego estuvieron por ciento ausentes esta vez.
BloodRayne 2 abandona la estética nazi/europea del primer juego en favor de una ciudad sin nombre, claramente basada en alguna metrópolis norteamericana de comienzos del 2000, y los niveles transcurren mayormente en edificios de oficinas, complejos industriales, galpones y fábricas varias. En general todo está muy por encima con respecto a la primera entrega a nivel gráfico, y tanto los niveles como los modelos de personajes recibieron una mejora considerable, además de que las mejoras a la iluminación introducidas por el remaster además sí se sienten sustanciales esta vez. La performance en PS4 también se siente mucho más estable, manteniendo 60 fps prácticamente todo el tiempo sin esos drops molestos e inexplicables que mencioné en mi review anterior.
Pero más importante todavía, BloodRayne 2 es un juego mucho más divertido que el primero.



GAMEPLAY
Es admirable de verdad el trabajo que Terminal Reality hizo para solucionar casi todos los problemas del BloodRayne original con la secuela. Si bien el gameplay básico se mantiene (beat em up 3D con elementos de shooter en tercera persona), montones de pequeños cambios y adiciones lo hacen mucho más interesante, expandiendo lo que funcionaba de la primera entrega y dejando de lado lo que no.
Para empezar, el combate melee no se siente como basura total, gracias a la variedad de movimientos y combos diferentes que vamos desbloqueando a lo largo del juego. Ya no es viable spammear la skill de beber sangre como en el primer juego porque no solo la IA enemiga es mejor, sino que los enemigos con armas melee tienen que ser desarmados primero. Además se ve que en algún punto los devs descubrieron el lock on, gracias a dios. Sigue sin ser un sistema de combate fantástico, pero es una mejora sustancial, y aun con su cuota de jank es elevado por un sistema de gore y desmembramiento muy bien logrado que sigue viéndose bien en 2021 y debió ser revolucionario casi dieciocho años atrás.



El gancho de Rayne ahora nos permite lanzar a los enemigos en distintas direcciones para empalarlos contra objetos filosos convenientemente ubicados en los niveles, o para resolver puzzles ambientales bastante básicos pero muy divertidos (por ejemplo, arrojar enemigos contra un ventilador gigante para averiarlo y poder usarlo como puerta).
BloodRayne 2 también descarta el sistema espantoso de armas de fuego de la primera entrega, reemplazándolo por las Carpathian Dragons: dos pistolas que funcionan a base de sangre y que podemos recargar presionando R1 mientras bebemos la sangre de un enemigo, y para las cuales iremos desbloqueando distintos tipos de disparos a lo largo de la historia que funcionan básicamente como armas diferentes y consumen sangre en diferentes cantidades también.



Nuestro abanico de poderes fue expandido también. El modo rage no solo tiene varios niveles de intensidad, sino que ahora nos permite activarlo en cualquier momento siempre y cuando tengamos barra disponible. Mientras estamos en modo rage los ataques enemigos no interrumpen nuestras animaciones y no nos hacen daño (solo consumen barra de rage), haciendo que sea una herramienta mucho más útil a la hora de lidiar con grupos de enemigos o ahorrar HP en una situación tensa.
La visión especial de Rayne, que en el primer juego solo nos mostraba el próximo objetivo, tiene en la secuela una nueva función y nos permite encontrar los vampire lairs, puertas ocultas en cada nivel que nos transportan a una pequeña área secreta donde nuestras barras de vida y rage y nuestra munición son recargados al máximo, dándonos un motivo extra para usar una mecánica antes superflua.



Los niveles mantienen la duración promedio del juego anterior, aunque son más lineales y tienen menos exploración, lo cual compensan con los anteriormente mencionados puzzles ambientales y algunas secciones de plataformeo que si bien no están tan pulidas sirven para darle un poco más de variedad a los momentos de downtime. Lo que sí: ahora por suerte tienen checkpoints razonables y ya no es necesario volver a empezar con cada muerte.
LAZOS DE SANGRE
La historia en BloodRayne 2 nunca logra pasar la barra de “basura entretenida”, pero vaya si es buena basura. Los escritores claramente estaban mucho más cómodos a la hora de escribir este juego y lograron encontrar el tono perfecto. Rayne es un personaje mucho más desarrollado y sus observaciones y one-liners son legítimamente divertidos en la secuela, con Laura Bailey sonando mucho menos aburrida y monótona, especialmente en sus interacciones con Severin, su compañero de la Brimstone Society (con un irreconocible Troy Baker, que también da voz a Kagan, en el papel). Los medio hermanos de Rayne son todos un gusto de escuchar también, al igual que el mismo Kagan. Queso del bueno, que le dicen.



Lamentablemente es durante las cinemáticas donde BloodRayne 2 también demuestra la mayor parte de sus problemas técnicos, con momentos donde los subs no coinciden con lo que los personajes están diciendo o directamente se cortan antes, con la línea de voz terminando a la mitad del subtítulo. Casi como si hubieran escrito una cosa pero decidieron a último momento solo usar parte de la línea, dejando el subtítulo como estaba. Después, en las escenas antes de algunos bosses los personajes no movían los labios al hablar, haciendo que todo pareciera un show de muñecos bizarro. Tampoco le agregaron subs a los FMVs pre-renderizados, lo cual sumado a algunos problemas de volumen en la mezcla hace que por momentos sea difícil entender bien el diálogo.
Pero dejando estos pequeños problemas técnicos de lado, BloodRayne 2: ReVamped es un juego mucho más sólido y divertido que su antecesor, y lo disfruté mucho más también. Es bastante extraño que haya una diferencia de calidad tan grande entre ambos releases tanto entre los juegos en si como en la atención que recibieron sus remasters, pero donde sentí el primer juego saboteaba mi diversión a cada paso, tengo cero problemas en recomendar la secuela en su estado actual.