El estudio inglés Solar Sail Games lanzó su primera producción, Smoke and Sacrifice, un RPG de supervivencia ambientado en (como no podía ser de otra manera) un mundo post apocalíptico lleno de miseria, secretos y… ¿fetch quests?.
El comienzo del juego nos presenta de manera rápida y brutal los elementos centrales del mundo de Smoke and Sacrifice. Un evento ya olvidado dejó al mundo en ruinas, y los pocos humanos que persisten lo hacen gracias a la energía proveniente de un artefacto denominado Árbol Solar. Alrededor del mismo se formó un culto/religión que se encarga de mantenerlo en funcionamiento a través del por lo menos dudoso ritual de sacrificar bebés (Si, ¡no sé qué podíamos esperar de un juego que se llama Humo y Sacrificio!).
Nuestro rol es controlar a Sachi, una joven madre (ya podemos adivinar hacia dónde va esto) con un pequeño hijo (oh no!) que fue seleccionado para ser la siguiente ofrenda que mantendrá segura al resto de la aldea. Esta introducción resulta magistral porque instantáneamente nos genera empatía para con la protagonista, más aún cuando nos enteramos que en contra de la tradición que asegura que no vale la pena Sachi le puso nombre a su hijo (Lio), y al mismo tiempo nos hace saber que las cosas en este mundo están sumamente mal. Si bien la historia va perdiendo un poco de impulso con el correr de las horas, el planteo inicial es tan interesante que nos empuja a seguir para tratar de descubrir los secretos que oculta.
La jugabilidad se desarrolla como un clásico juego de exploración con vista isométrica en la que recorremos zonas llenas de ítems a recolectar y enemigos que buscan impedírnoslo (y porque no, convertirnos en su cena). La gran mayoría de estos ítems tienen funciones simples, como alguna fruta que nos permite recuperar un poco de vida o como unas botas especiales que nos permiten caminar por zonas de otra forma inaccesibles, pero en general los utilizamos como ingredientes primarios a combinar para generar ítems más poderosos o especiales, así también como equipamientos o armas con las que enfrentar los peligros.
El combate es relativamente básico ya que contamos con un botón para golpear o lanzar, otro para esquivar dando un salto y un tercero para generar momentáneamente un escudo de luz, y también podemos poner trampas. Con todos estos ingredientes obtenemos el flujo principal del juego: exploramos una zona recolectando ítems varios, combatimos criaturas hostiles que al morir nos dan más ítems y hablamos con alguno de los varios NPCs que pueblan el mundo y que nos piden algún objeto especial a cambio de información que nos permitirá acceder a la siguiente zona (previamente bloqueada), o quizás nos den alguna receta que nos servirá más adelante. Esto último es quizás el punto más criticable, ya que la mayoría de las interacciones con otros personajes se reducen a intercambio de información o a que nos den algún mandado, lo que vuelve al título un poco repetitivo. De todas formas, los creadores lograron un balance aceptable entre darnos libertad de exploración y al mismo tiempo no perder demasiado tiempo buscando hacia donde ir para continuar con la historia.
Mención especial merecen los gráficos hechos a mano, que si bien todavía no estoy seguro de si me gustan o no, indudablemente tienen personalidad y son sumamente detallados, lo mismo que las animaciones. Pero puedo ver que serán divisorios; a algunos les gustará el estilo, mientras que a otros la estética les provocará algo de rechazo (además en ocasiones los niveles parecen estar un poco vacíos).
