Parece que Freddy Kruger no es el único que puede atacarte mientras duermes, en The blackout club un pueblo entero camina sonámbulo por las calles; mientras un grupo de jóvenes intenta quedarse despierto para juntar evidencias y detener a los responsables.
El pueblo maldito
El pueblo de Redacre esconde mas secretos de lo que aparenta. Un grupo de jóvenes que con su astucia y objetos caseros intentan detener las fuerzas malignas que invaden su hogar. Claramente muchos de los elementos de Stranger Things están presentes en The blackout club, pero también hay que tener en cuenta que la serie de Netflix tomó muchas referencias de Stephen King y el cine de los ochenta. Así que todo esta perdonado.
El juego comienza con un tutorial que nos explica gran parte de la trama y tiene el mayor contenido narrativo del título. Nos quedamos solos en casa, cuando una extraña fuerza paranormal empieza a acecharnos, la única forma de verla es cerrando los ojos. Mientras escapamos descubrimos sonámbulos controlados que intentan detenernos y una red de túneles que esconden secretos debajo del pueblo. Claramente nuestras chances de escapar son nulas y una vez que aprendemos las principales acciones del juego, la perspectiva pasa a un nuevo personaje creado por nosotros.
El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla
Al comienzo de The Blackout Club nos encontramos en una sala de espera como otros juegos multiplayer. En este caso es una guarida con mensajes de los sobrevivientes, consejos, las diversas armas y objetos que tendremos para ser los mejores detectives, mapas y otros rasgos.
Hay tres armas principales: un taser, una ballesta con dardos tranquilizantes y un gancho para treparse en las alturas. Solo podremos elegir una a la vez.
Después hay armas secundarias que sirven como distracción que van desde granadas, dardos tranquilizantes o petardos. Y otros elementos que nos dan vida o energía.
Hay un espejo con ropa para cambiar nuestro aspecto estético y un mazo de cartas para destrabar ciertas ayudas u objetos. Los mismos se consiguen a través de puntos de poder. Nos dan un punto cada vez que subimos de nivel (esto lo logramos superando misiones).
Dentro de las cartas hay poderes básicos y poderes mejores. En los segundos podremos actualizar nuestro teléfono, ser más fuertes, tener más vida o conseguir un dron para vigilar desde los aires y planear nuestros movimientos.
Una vez que seleccionamos entrar a una partida existente o crear una nueva ingresamos a un mapa aleatorio. Los mismos consisten en porciones del pueblo con varias casas por visitar e instalaciones subterráneas.
Nuestras misiones van desde sacar fotos, salvar otros miembros del club o juntar pergaminos ocultos. No varían mucho ya que todas son de «busca y encuentra». Nuestra principal arma es el sigilo. Podemos agacharnos y caminar agazapado para no hacer ruido, caminar normalmente en momentos que nadie esta cerca y correr cuando todo esta perdido, ya que como dijimos las armas no detienen por mucho tiempo a los enemigos.
Podremos jugar las misiones en solitario pero se volverán repetitivas por momentos, algo que seguramente se irá actualizando con el contenido extra que agreguen los desarrolladores. En partidas con amigos la cosa cambia y usar el micrófono para comunicarte con ellos es mucho más divertido e inmersivo.
Hay acciones específicas para ciertos momentos como por ejemplo usar un clip para abrir una puerta o patearla con fuerza y romperla lo cual alertará a los enemigos y no podremos cerrarla. Tenemos un celular para alumbrar zonas y sacar fotos en busca de la evidencia.
Finalmente con un botón podremos cerrar los ojos lo cual nos mostrará en primer lugar pisadas para orientarnos hacia nuestro objetivo y por otro la ubicación de «The Shape» o «La figura» el enemigo invisible del juego. Una vez que nos atrapa no hay escapatoria.
En este último aspecto tenemos una variedad de adversarios. En primer lugar están los «Sleepers», pueden escucharte pero no pueden verte, «the dispacher» es una voz femenina que alerta a «The Shape», los «lucids» que están despiertos, pueden ver aunque no escuchan tan bien, usan sus celulares para alumbrar y también llamar a la figura. Están los «stalkers» que son otros niños que han traicionado al club y ahora trabajan para el enemigo. Estos son controlados por jugadores reales (podremos acceder a este modo a partir del nivel 5). Su misión es grabarnos a nosotros y reportar a la figura.
Si alguno de estos enemigos nos atrapa podremos escapar utilizando nuestros recursos y a la par hay una mecánica muy interesante. Nos arrastrarán hasta una puerta roja donde se esconde la figura pero tendremos una sola oportunidad para agarrar objetos de la basura y tirárselos a nuestros captores.
Inocencia atrapada
Desde un principio de The blackout Club nos encontramos con un juego que mezcla un estilo de caricatura, tanto en sus personajes como en sus locaciones. Pero por el otro la atmósfera lo acerca más a los clásicos cuentos de terror para niños/adolescentes como «Escalofrios» o «Goosebumps».
Hay un gran trabajo en la iluminación, siendo clave para las mecánicas del juego, aunque por momentos no funciona exactamente como pretendemos.
Por otro lado el sonido crea una mejor ambientación que su apartado visual. Hay muy poca música y eso incrementa el realismo de encontrarnos solos o con nuestros compañeros en un pueblo que esta en contra nuestra. Los ruidos de jardín, las pisadas, los drones y principalmente las voces de lo enemigos nos mantienen alertas. Ideal probar el juego con auriculares.
