La compañía independiente Compulsion Games presenta su nuevo juego We happy few, una aventura en primera persona con elementos de Bioshock y Dishonored pero a su vez una historia que emana del cine y la literatura.
La historia de We Happy Few: el consumo excesivo de drogas
En la plena década psicodélica de los 60, Inglaterra esta dividida entre las zonas más acaudalas y aquellos que han quedado marginados a la pobreza. En este pasado distópico hay una clara diferencia entre ambas sociedades: la droga de la felicidad. Aquellos que viven cómodos en la ciudad la toman para olvidar sus problemas y aquellos que no; comienzan a recordar un pasado lleno de miedo y secuelas de la segunda guerra mundial.
El protagonista del juego es Arthur, un trabajador que abandona su puesto como censurador en un periódico después de recordar a su desaparecido hermano. Aunque la historia por momentos nos dejará controlar otros personajes como Sally y Ollie, gran parte de la misma estaremos bajo la carismática mirada de Arthur; que a diferencia de otros juegos en primera persona, hablará hasta por los codos y no dejará de dar sus opiniones en cada una de las acciones que realicemos.

Esta historia de un futuro perfecto y natural por fuera pero podrido por dentro, es clara alusión a obras literarias como «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury o «Un mundo feliz» de Aldous Huxley. Y mientras que hay homenajes a La naranja Mecánica de Stanley Kubrick, también hay que mencionar que el director Kurt Wimmer había realizado una historia muy similar (aunque centrada en la acción) con Equilibrium protagonizada por Christian Bale.
La jugabilidad: sigilo y destreza
La gente de Compulsion Games no dudo de poner todo su interés en que el jugador tuviera más opciones a la hora de entrar en el mundo de We happy few.
Por un lado, el juego se divide en un gran sandbox o juego de mundo abierto, donde podremos recorrer grandes páramos de bosques abandonados o ciudades repletas. En cada uno de estos escenarios, encontraremos misiones secundarias que harán más realista la historia y que brindarán un mayor relieve a los protagonistas y sus enemigos.
Aunque habrá varias misiones a lo largo de nuestras caminatas, la mayoría de ellas están muy distanciadas entre una y otra. Veremos que estaremos caminando gran parte del tiempo del punto A al B, siendo esto cada vez más tedioso mientras avanza el juego (salvando algunos momentos que podremos usar un sistema de viaje rápido).
Mientras que en las ciudades y los edificios la mecánica será completamente diferente. Todo está mucho más cuidado y pulido. La interacción con los objetos es mayor, como a su vez las acciones que tienen nuestros protagonistas con la IA.

Hablando de progreso, contaremos con una variedad de armas a nuestra disposición, aunque el enfrentamiento será la opción menos indicada que tomar, ya que una vez que estemos acorralados será imposible defenderse. Además, no hay muchas opciones de pelea: atacar, cubrirse, empujar y alguna que otra habilidad que iremos destrabando con puntos que adquirimos en las misiones.
El punto más fuerte de estos elementos es el uso de drogas. La famosa droga de la felicidad nos tendrá divididos en los limites de ambas sociedades.
Mientras que en las afueras tendremos que estar mal vestidos y sin tomar ningún medicamento, en la ciudad tendremos que vestir correctamente, no correr ni saltar y no olvidarse de tomar nuestra pastilla. Ahora, nunca es bueno abusarse, ya que tomar demasiado podría provocar perdida de memoria. También se suma que podremos dormir, comer y tomar líquidos para sobrevivir; aunque estos no tienen grandes efectos.
Finalmente el sigilo será clave para avanzar en las misiones. Entrar en un edificio por una ventana o conseguir una llave y un disfraz serán algunas de las posibilidades que tendremos que tomar.

La inteligencia artificial es lo más flojo de la jugabilidad. Muchas veces nos encontrarán haciendo lo indebido pero no nos será muy difícil escondernos o correr evitando una pelea.
Diseño y estilo: de las sombras al vivido color
Las primeras impresiones de un juego independiente como We happy few era convencernos gracias a su formidable estética y sin lugar a dudas lo lograron.
Hay detalles sin acabar en algunos escenarios pero la mayor parte está terminada. Lo lúgubre de las calles y casas abandonadas hacen un fuerte contraste con los coloridos escenarios de las ciudades. La vestimenta también es un punto clave para entender ambos entornos.

Es claro que muchos jugadores recordarán el mundo de Bioshock Infinite o el de Dishonored cuando lo jueguen y el estudio no ha negado que ambos juegos fueron gran parte de inspiración para la realización de We happy few.
Desde lo sonoro, los efectos están muy bien logrados y sincronizados. La música es un acompañamiento constante en cada una de nuestras misiones. Y como ya habíamos mencionado, tanto nuestro protagonista como la IA tendrán mucho que decir.
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