Los Raros del Fondo #3: La rara del fondo… Sega Saturn

8626

Los que leyeron la reseña de Balan Wonderworld habrán chequeado el nombre de Yugi Naka, creador en varios aspectos de muchas joyas de los 90’s como Sonic o Nights into Dreams que iba a ser el centro de nuestra columna de esta semana. No tanto por ser un raro del fondo, ya que es uno de los videojuegos mas populares que salieron para la Saturn (otros fueron Panzer Dragoon, Sega Rally o Virtua Cop), sino por sentar una continuidad con Balan Wonderworld y porque la Sega Saturn fue de alguna manera una consola “rara” en nuestro país y, para ser francos y sosteniéndonos en el dato duro, también lo fue en el mundo.

De la SEGACD a la Sega Saturn

Comencemos contando un poco qué clase de consola fue la Sega Saturn. Su desarrollo fue problemático. Fue una consola pensada a nivel mundial pero con un público en específico, el japonés. En Japón, y compitiendo directamente con la primera Playstation, tuvo un moderado éxito en su salida. La SegaSaturn (como la llamaban los japoneses), fue una consola diseñada para llevar la experiencia arcade –siempre muy populares en oriente- a la habitación de casa. Esta idea de Sega había comenzado intentando revitalizar la inmensamente popular Genesis/Megadrive con el agregado del SegaCD y luego el Sega 32X que fue el intento de Sega de competir tempranamente con las consolas de 32 bits mientras se desarrollaba la Saturn que tenía fecha de salida casi un año antes que en el resto del mundo.

Entre el SegaCD y el Sega 32X vendieron tres millones de unidades. A nivel mundial dos fracasos rotundos que palidecen aún mas si consideramos las ventas totales de Genesis/Megadrive que para 1999 habían vendido 31 millones de unidades. Esos números parecerán un fracaso ante los guarismos modernos de ventas de consolas, pero en los 90’s se manejaban otras cantidades y conceptos por completo variables. Por ejemplo, la inmensamente popular Nintendo 64 vendió la misma cantidad de consolas y se consideró un fracaso porque su competidora directa, la Playstation 1, vendió 100 millones de consolas.

La respuesta a porque esa disparidad no es tan fácil de responder. Los más atolondrados dirán que la PSOne se vendió mucho mas porque venía con CD y la N64 en cambio había permanecido en el universo vintage de los cartuchos. Sin embargo, la Sega Saturn también era una plataforma con CD ROM y fue un rotundo fracaso que no llegó a vender 10 millones de unidades en todo el mundo.

Nunca hay una sola respuesta para discernir porque funcionan o se venden las cosas. Y el universo de las consolas es uno de los mas complejos. Se mezclan temas de hardware, lealtad, precio, third parties, y momentum. Sega, a diferencia de Nintendo, no logró con sus consolas de 16 bits generar una lealtad de consumidor. Ni Master System, ni Game Gear, ni Nomad, ni Saturn ni Dreamcast fueron consolas exitosas. Algunas fueron menos fracasos que otras. La única que sacó el cuello del ahogo fue Genesis/Megadrive y aún así perdió la batalla con SNES por una diferencia de 20 millones de consolas con mas o menos el mismo rango de producción (88/97 Sega, 90/99 SNES), mayor catálogo por escándalo –mayor, no mejor- y precio reducido. La razón por la cual las consolas de 16 bits de Sega triunfaron se ubican en un marketing muy agresivo en uno de los países que deciden las contiendas: EEUU. Y es la misma razón por la cual fracasaron en mayor o menor medida el resto.

La llegada de Saturn a la primer E3

Saturn, el eje de nuestra charlita, fue pensada para el usuario japonés y salió cinco meses antes que el resto del mundo. Inicialmente, en EEUU iba a salir recién en septiembre del 1995 (¡casi un año después! Una locura si lo pensamos con mentalidad actual) pero se decidió que saliera en coincidencia con la primera y bastante malograda convención E3 de la historia. El porqué de lo malograda merece una nota aparte, y no tiene sentido desviar el foco del tema principal.

Tom Kalinske, el CEO de Sega America y gran responsable del éxito de la Genesis en EEUU, dio una conferencia en esa E3 anunciando el valor de salida de la Saturn, 399 dólares (más o menos el mismo precio que en Yenes de la época y básicamente el modelo de precio de consola que se maneja hasta la fecha) y sorprendiendo al público con la sorpresa del shipping de la consola a las cadenas de juguetes. En la misma convención, Sony America informó la salida para septiembre de la Playstation 1 … a 300 dólares.

Las diferencias entre ambas consolas son y fueron muchísimas. El hardware de Saturn era sencillamente grandioso para la era con dos procesadores Hitachi y dos integrados para procesar video. Y ese hardware fue el que dificultó muchísimo el desarrollo de videojuegos de parte de third parties. La PSOne, con un hardware mas clásico, y un enorme esfuerzo en la creación de kits de desarrollo accesibles (que también merece una nota aparte), rápidamente logró –aún sin tener a mano un estudio propio para crear videojuegos- vencer también en ese apartado que es a la larga, aparte del precio, el que termina decidiendo que consola va a preferir el gamer. Para diferenciarlo en números que les va a impactar muchísimo: Nintendo 64 tuvo alrededor de 400 títulos, Sega Saturn contó con una media de 600 videojuegos y la ganadora excepcional de la quinta generación, la Playstation 1, tuvo 1300 títulos que se multiplican con versiones regionales. Mas del triple que su principal competidora, la N64 que antes de sus rebajas llegó a costar hasta 700 dólares en jugueterías menores. Mientras tanto, Saturn como el chiquilin que miraba de afuera.

¿Y en Argentina?

En total, la consola de Sega vendió menos de 10 millones de unidades en los cuatro años que existió previo a la salida de Dreamcast. Lo dicho, un fracaso un tanto inmerecido porque es inobjetable que fue una consola excelente que mereció mayor atención de parte de los estudios desarrolladores y que la misma Sega no dificultara a esos estudios. la creación de contenido.

En Argentina, que es el foco de nuestro debate, no hay datos sobre la venta de la consola, que desde el principio tuvo bastante marketing en las revistas especializadas. Los análisis de videojuegos en la popular Action Games competían en espacio con los de la Play y la N64. Podemos suponer que se vendieron pocas unidades en sus años de existencia. Para ejemplificar, yo no conocí a nadie que tuviera una, y sin embargo, conocí muchas personas que tuvieron Dreamcast y estoy convencido que mucho tiene que ver con lo temprano que salió la consola de Sega con respecto a la PS2, que aparte, a nuestro país arribó en una de las épocas más convulsionadas de la historia. En todo nivel.

Lo problemático del hardware de la Saturn ocasionó que en los años posteriores fuera una de las consolas mas complejas a la hora de emular. Voy a relatar detalladamente lo que me costó el asunto y que terminé haciendo gracias a un amigo de Twitter que me abrió los ojos (¿?):

Comencé con un emulador llamado Satourne, con especificaciones mínimas y tutoriales aún peores. El rom en formato Bin/Cue de Nights into Dreams (¿se acuerdan? El protagonista del asunto) no arrancaba. Me di cuenta que me faltaba cargarle un BIOS al emulador. Descargue cuatro correspondientes a regiones y actualizaciones. Lo hice. El Satourne iniciaba el BIOS con éxito pero nada más. Cambiando el BIOS para que coincidiera con la región del ROM, logré que aparezca la imagen de “Seeeeegaaaa”. No obstante, ahí nomás moría. Busqué otro emulador. Encontré el SSF, uno bastante popular en apariencia entre la comunidad retrogamer. Pero leyendo las características descubrí que el emulador exigía tener una lectora de CD-ROM disponible por un proceso de ejecución. Dado que no tengo, no lo descargué. En Reddit leí que muchos habían tenido suerte con el emulador “Mednafen” (ese nombre amigo), y lo bajé. Para mí (no) sorpresa, configurarlo requería un doctorado en el MIT. Otra frustración. Acto seguido fui por un emulador que tenía una versión actualizada en el 2018. Veinte años después de la extinción de la consola. Lo descargué. El Yabause 0.9.15 es un emulador con muchas opciones, muy similar a los de consolas más modernas, sin embargo, mi ROM del Nights into Dreams seguía sin pasar la imagen de “Seeeeeeegaaaaa”. Fui por otro acercamiento. Bajé tres programas para cambiar formatos. WinBin2Iso que no iba ni para atrás, uno que borré al instante porque parecía tener mas virus que una jornada típica de COVID en hospital público, y el conocido PowerISO.

Cambié el formato de BIN a ISO e intente correrlo con el Yabause aún sin comprender una opción de configuración que, investigando, vi que era más sencilla en una versión anterior del emulador. Cansado, frustrado y hasta algo desesperado, busqué y encontré la versión 0.9.10 del Yabause, con mejores y mas comprensibles opciones –aunque mínimas- de configuración.

Aún nada.

No había considerado que quizás lo que estuviera roto fuera no el emulador, sino el ROM. Baje dos ROMS del videojuego en diferentes formatos compatibles de emulación. Con uno, pasó lo de siempre: “Seeeeeegaaaa” y muerte. Con el segundo pasó algo incluso mas bizarro. Después del Sega cantadito, aparecía parte del ícono de la desarrolladora, la originalmente nombrada “Sonic Team”. Parte porque el resto estaba fuera de cuadro. Y aparte se moría ahí. Como los otros ROMS.

Casi al punto del ragequitting, busqué un ROM ampliamente descargado: Panzer Dragoon. Lo bajé. Anduvo instantáneamente. Me hubiera encantado jugarlo… pero el emulador se tildaba en la pestaña de configuración de controles.

Una serie de twitteos expositivos sobre el asunto ocasionaron una respuesta de @NicoReviewer, un gamer y streamer contacto de Twitter que me respondió: “Nights into Dreams no tenía versión de PC?”.

Estúpido de mí, jamás siquiera pensé en revisarlo. El famoso Nights into Dreams había sido porteado a PS2, PS3, Dreamcast, XBOX 360, y por supuesto, PC, donde lo encontré en Steam a 100 mangos más impuestos.

La semana próxima reseña.

El futuro de Saturn en la actualidad

Sega, tras dos fracasos duros y seguidos como Saturn y Dreamcast, no murió ni mucho menos. Los que piensan eso lo analizan desde un lado maniqueo. Sega volvió a sus fuentes de creación de arcades, desarrollo de videojuegos (incluso para su enorme rival noventero, Nintendo)  con varias IPs importantes como Football Manager, Yakuza, Streets of Rage, Panzer Dragoon y muchas más. Como dijimos el año pasado cuando festejamos su cumpleaños número 60, a Sega le tocó competir en una década de quiebre como fue los 90’s con el traspaso de tecnologías y es irreal dictaminar que “lo hizo mal”. Le fue mal intentando estar a la vanguardia de un mercado que en su quinta generación estaba, objetivamente, en pañales. Sega Saturn es una representación absoluta de la cuestión.

En el 2021, conseguir una Saturn en Argentina no cuesta menos de 40 mil pesos, llegando al doble según estado (básicamente, el precio de salida en dólares haciendo el traspaso por inflación), y hay muy pocas. Menos de 20 en MercadoLibre. En EBay sale mucho mas barata incluso con el precio de envío e impuestos. Pero ¿qué haríamos con una de ellas si es aún mas difícil conseguirle juegos?

Es un deseo personal que lo mejor de su librería al menos, se portee dignamente (y con sensatez en el precio) a otras plataformas.

Sino, ahí estaremos, batallando con emuladores.

Los Raros del Fondo

En esta nueva columna ¿quincenal? de Bitwares dentro de nuestro espacio Retro, comentaré y reseñaré videojuegos de la era de 16 bits y anteriores. A veces serán un puñado dentro de la misma nota, y en otras ocasiones serán análisis de un solo videojuego cuando el mismo me haya gustado mucho o realmente sea muy…



Gamer de muchos años. Creador de la comunidad Old Gamers. Redactor.


One thought on “Los Raros del Fondo #3: La rara del fondo… Sega Saturn

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: